No era la noche de San Juan, ni tampoco unas fechas tan señaladas como las fallas, pero lo cierto es que Valencia volvió a vivir cómo el fuego danzaba por sus calles y por sus barrios. Desde la Playa de Las Arenas hasta la Plaza del Ayuntamiento, el rito de las llamas volvieron a quemar parte de la noche de los valencianos, tan acostumbrados a ver el arte del fuego.
En la playa, junto a las grandes esculturas efímeras creadas de arena, “Sabamaná” hizo las delicias de los paseantes que buscaban disfrutar de la brisa marina a orillas del mediterráneo con un espectáculo que fusionaba la danza con el fuego mediante acrobacias casi imposibles. El paseo marítimo se convirtió en una pasarela improvisada en la que Clara y Yoyo entremezclaban las máscaras y el maquillaje con diferentes efectos pirotécnicos y lluminosos al ritmo de una sensual danza balinesa.
Esa danza llevó el humo del fuego hasta la Plaza del Ayuntamiento donde encendió las antorchas que Sanmilse utilizó en un espectáculo que esperaban casi 200 personas en la explanada de la plaza consistorial.
Luces de todos los colores del espectro, sombras que hacían despertar todos los sentidos y sob re todo fuego, mucho fuego cuya utilización dejaba embriagado al público que no perdió detalle de cuantas maniobras realizaban las bailarinas que presentaron una coreografía novedosa y muy adaptada a la cultura del fuego de los valencianos.
Cada uno de los pases tanto en la Playa como en el Ayuntamiento fueron un éxito tanto de expectación como de escenificación que hicieron que los aplausos se prolongaran durante varios minutos.
VLCCiudad / Redacción