A partir del 10 de noviembre, si tenías gallinas paseando felices por el corral como si fueran influencers rurales, se acabó lo bueno. El Ministerio de Agricultura, liderado por Luis Planas, ha anunciado que se prohíbe la cría de aves al aire libre en zonas de riesgo. ¿El motivo? El temido aumento de brotes de gripe aviar, que ha vuelto como si fuera la quinta temporada de una serie que nadie quería.
🦆 ¿Qué cambia?
- Aves bajo techo. Las gallinas, patos y ocas tendrán que pasar de “aire libre” a “open space controlado”, como quien pasa del campo a una oficina de coworking.
- No más piscinitas compartidas. Se prohíben las fuentes o bebederos que puedan ser visitados por aves silvestres. Es decir, adiós a las quedadas de aves en la charca.
- Separación de especies. Nada de juntar a los patos con las gallinas como si esto fuera una granja Montessori. A partir de ahora, cada cual en su rincón.
Si no puedes mantenerlas en recintos cerrados, se permitirán excepciones con mallas anti-pájaro o techos, como si fueran gallineros con medidas de seguridad aeroportuaria.
🌍 España no está sola en esto
La medida sigue el ejemplo de países como Irlanda, Francia o Reino Unido, donde también han confinado a sus aves. Porque nada une tanto a Europa como una crisis sanitaria avícola.
🧼 Planas pide “calma y precaución”
Durante una feria agrícola, Planas pidió que no cunda el pánico (aunque claramente el pánico ya está criando en jaulas). Asegura que si se siguen las medidas, se puede frenar la expansión. O sea, confianza en la bioseguridad, desinfección, y que los pollos no tengan trato con aves salvajes (sí, como si fueran adolescentes rebeldes).
📉 14 brotes en España
Según la UE, España ha tenido 14 brotes desde julio, que aunque no es récord, tampoco es para relajarse. Se teme que las aves migratorias, que este año llegan descolocadas por el cambio climático, estén dejando más que postales bonitas a su paso.
Así que si tenías gallinas felices cantando al amanecer, ve preparando la lona, el recinto y quizá un podcast de meditación para ayudarles con el cambio. Porque la gripe aviar no entiende de libertad, pero la bioseguridad sí que entiende de precaución.