Icono del sitio Valencia Noticias

A estos hijos de padres de la Constitución

A mi amigo Víctor Arrogante

A estos hijos de padres de la Constitución

A lo mejor cuando comente que yo mismo podría escribir sobre los hijos de padres de la Constitución, alguien pensó que podría hablar de nuestro recorrido desde el 78 hasta esta fecha, si lo pensó se equivocó. Quiero dedicarle muy pocas palabras porque creo que darles mucho tiempo a esta gente, es darles demasiada importancia, más de la que merecen.

lodigoyo

Para que nos entendamos, cuando se cita “padres”, entiéndase como ponentes de la Constitución Española de 1.978. Y cuando se cita “hijos”, entiéndase como todos los gobiernos que han pasado hasta la fecha, incluido el de la actualidad. Sin distinción de colores políticos.

Estas letras las está escribiendo un ciudadano de 54 años, que cuando se votó la Constitución Española, no era mayor de edad, por lo que existe una gran mayoría social que ni le propusieron un texto constitucional, ni un sistema electoral concreto, simplemente está conviviendo con una Constitución de la cual no tiene “ni arte ni parte”, además de estar representado dentro de un “sistema electoral” que no les representa.

Los hijos de padres de la Constitución han perdido todo el respeto por los ciudadanos y ciudadanas. Sus padres, a pesar de los malos vientos que corrían por allá en los 75 y poco más, bien seguro que no esperaban este comportamiento de sus hijos, han perdido todo el derecho de reclamación frente a la sociedad, han recortado el llamado “el estado del bienestar” con sus políticas. Los primeros por marcar un rumbo equivocado, y los segundos por andar el camino hacia ese rumbo perdido.

Acaso aquellos “padres” se negaron a la evolución de nuestro sistema político? Pienso que no. Les tocó vivir un cambio que solo podía realizarse con la muerte natural de un dictador, al tiempo que había que articular la convivencia política y social de una monarquía desprovista de poder ejecutivo, impuesta por aquel dictador fallecido. Había que recomponer la convivencia social de las dos España con la monarquía, un trío muy difícil de combinar.

Si aquellos “padres” tuvieron claro cuál era su destino, no se puede entender que sus “hijos” no comprendieran las enseñanzas para su madurez. Por otro lado, puede que tuvieran muy claro su destino y por tanto es lo que tenemos.

Pero vamos a centrarnos en sus “hijos”, que es el asunto. A sus “hijos”, que son sus herederos políticos, no les han dolido prenda alguna para imponer legislatura sobre legislatura sus tintes coloridos en temas tan importantes como la sanidad, la educación, la justicia, y las pensiones. Solo hay que revisar las hemerotecas, se encuentran infinidad de recortes de todos los gobiernos, tanto en tiempo de bonanza como en tiempo de crisis.

Acaso no son pacientes? Acaso no son alumnos? Acaso no son justiciables? Acaso no son pensionistas? Como respuesta a estas preguntas, creo que solo hay una posibilidad, SI!

Les ha podido la avaricia y la usura. Y con ese poder que otorgamos los ciudadanos y ciudadanas de “democracia representativa” en nuestro nombre se han hecho estragos económicos, causado daños irreparables en décadas, y porque no decirlo, se han llenado muchos bolsillos.

Ahora que la crisis –muchos y muchas lo llamamos estafa- hace mella en la convivencia social y política, como los ciudadanos y ciudadanas estamos cabreados, hay que retomar leyes del pasado reciente para acomodarlas a la situación de crisis. Cuando diversos Autos y Sentencias de diversos Juzgados competentes no consiguen imputar a los ciudadanos y ciudadanas por comportamientos de protesta social, el gobierno toma las riendas legislativas, sujetas al rodillo de las mayorías y los leones del Congreso tirando de ellas contra inseguridad ciudadana. No logran la criminalización de las protestas, ponen en marcha un método sancionar recaudatorio, que con la ley Gallardón –tasazo en justicia- la recaudación puede ser tremenda.

Les viene hasta mejor que no hayan conseguido penalizar determinadas protestas, ahora podrán además de interrumpir por imperativo legal cualquier protesta social, obtener recursos económicos para el erario público vía administrativo sancionadora.

Todos, acorralados ante el rodillo aplastante de la mayoría! Ciudadanos y ciudadanas, jueces y juezas, policías, médicos y médicas, maestros y maestras, etc… Todo gracias a la “democracia representativa”, con la cual nuestros representantes hacen lo que les viene en gana sin consultar más que cada cierto tiempo para depositar nuevamente su delegación para gobernar. Y gracias a ese sistema de democracia representativa –que lo es, no se pone en duda- se atreven incluso a modificar –legalmente, sin duda alguna- una constitución priorizando cuestiones que afectan al sin vivir de los ciudadanos y ciudadanas, sin que tengan que volver a someterla al voto del pueblo.

No es posible que los “padres” de la Constitución quisieran esto! Fueron ponentes de un texto ampliamente interpretativo, tanto que permite gobernar a diestro y siniestro sin tener que cambiar nada. Pero, cuál es la cuestión? Hacer lo que nos venga en gana por la oportunidad de ostentar el poder, o por el contrario, hacer políticas que beneficien al conjunto de la sociedad? El transcurso de los años ha demostrado que hay que mantenerse en el 78, de lo contrario no podrían mantenerse en el poder.

La sociedad actual, requiere y precisa de un cambio en el establecido sistema para el “papá estado”, sistema de “democracia participativa” con el que la corresponsabilidad de gobernar recaiga en la sociedad. Se requiere que la educación sea solo eso, sin implicaciones doctrinales partidistas. Se requiere que la sanidad sea pública –llevo pagándola 40 años- porque la hemos construido entre todos y con el esfuerzo de todos. Se requiere que la justicia sea eso, no ajusticiamiento impositivo.

Nuestro “estado del bienestar” es sostenible. Lo pagamos a diario todos los consumidores, bien en productos y/o servicios que reciben. Lo insostenible es este sistema que está limitando las libertades civiles y sociales, la impunidad por aforamientos desmedidos por los cargos públicos es lo insostenible -10 años para condenar a un político- véase diputados, senadores, diputaciones, parlamentos autónomos, ayuntamientos….un sin fin de estructuras y cargos que además comportan gastos de seguridad personal por razón de bienes del estado y cargo público.

El “estado del bienestar” es solo para unos pocos, para el resto resulta ser el “estado de malestar”, y en adelante, además de tratados como a burros –zanahoria y palo, palo y zanahoria-.

Seguro que aquellos “padres” no querían esto de sus “hijos”. Es cuestión de fe, pero es preferible pensar que no querían eso.

Solo una cosa más a los “hijos de padres de la Constitución”, no nos dais pena y vamos a mandaros a casa. No queremos que gobernéis ni unos ni otros. Queremos un cambio político, queremos una “democracia participativa” y vamos a por ella. Y lo mejor de todo es que vamos a hacerlo con estas mismas reglas de juego.

Salir de la versión móvil