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Caos y desorganización en la gestión del voluntariado para ayudar a los afectados por la DANA en Valencia

La convocatoria de la Generalitat Valenciana para movilizar voluntarios hacia las zonas afectadas por la DANA en Valencia ha resultado en una jornada de caos e indignación. Más de 10.000 personas respondieron a la llamada en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero la falta de previsión y logística ha convertido el esfuerzo solidario en un desastre organizativo.


Miles de voluntarios sin transporte y caminando hacia las zonas afectadas

Desde las 7:00 de la mañana, la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia se llenó de voluntarios dispuestos a ayudar en las tareas de limpieza y recuperación en los municipios más afectados por la DANA. Sin embargo, la desorganización ha sido evidente desde el primer momento. A pesar de la masiva asistencia de más de 10.000 personas, la Generalitat solo dispuso de 35 autobuses, facilitados por la EMT Valencia gracias al Ayuntamiento, para trasladar a los voluntarios. Esto permitió que apenas 2.500 personas subieran a los autobuses, mientras que los otros 7.500 voluntarios tuvieron que recibir un simple “gracias” por su esfuerzo, lo que desató el enfado y la frustración.

Caos y desorganización en la gestión del voluntariado para ayudar a los afectados por la DANA en CAC

Ante la falta de transporte, miles de personas decidieron dirigirse a pie hacia las localidades de La Torre, Sedaví y Alfafar, cargados con herramientas de limpieza, escobas y cubos. La imagen de una multitud caminando por las calles y carreteras valencianas refleja el enorme deseo de ayudar, pero también expone la grave falta de previsión en la organización de la jornada.

Tres horas de espera para organizar los autobuses y destinos inciertos

El caos no terminó ahí. Los autobuses tardaron más de tres horas en salir de la Ciudad de las Artes, ya que los conductores carecían de instrucciones claras sobre los destinos y apenas tenían como referencia los nombres de las poblaciones afectadas. Muchos de los voluntarios relatan que, una vez a bordo, los vehículos daban vueltas sin rumbo definido. En uno de los incidentes más llamativos, quince autobuses fueron desviados por la Guardia Civil hacia un polígono en Chiva, donde permanecieron parados sin información ni tareas de limpieza asignadas.

A las 12 del mediodía, cinco horas después de la convocatoria, cientos de voluntarios seguían esperando poder participar en las labores de ayuda, mientras crecía la indignación por la falta de una organización adecuada.

Desorientación en los destinos: traslados sin sentido y tareas no asignadas

La frustración aumentó cuando algunos autobuses fueron enviados a puntos sin relevancia para las labores de limpieza. Varios voluntarios reportaron que fueron llevados hasta una rotonda cercana al centro comercial Bonaire en Aldaia, donde no había nada planificado para limpiar ni presencia de autoridades para coordinar las actividades. Según los voluntarios, la falta de comunicación y de coordinación entre las autoridades responsables convirtió su esfuerzo en “un sinsentido absoluto”.

A esta situación se sumó la carencia de condiciones básicas para los voluntarios, quienes tuvieron que soportar largas esperas bajo el sol sin acceso a agua ni comida. La Generalitat no había previsto avituallamiento ni botellas de agua, un aspecto esencial para personas que estaban dispuestas a pasar todo el día colaborando en tareas físicas intensas.

Críticas a la gestión de la Generalitat: falta de previsión y petición de dimisiones

La falta de planificación y la evidente desorganización en la gestión del voluntariado han generado una ola de críticas hacia la Generalitat Valenciana. Voluntarios y ciudadanos han expresado su indignación en redes sociales y en medios de comunicación, solicitando explicaciones y pidiendo responsabilidades. La falta de un plan de coordinación eficaz y de puntos de mando en cada municipio afectado ha sido uno de los errores más destacados.

Muchos se preguntan por qué no se establecieron puntos de mando en cada población para coordinar a los voluntarios de manera ordenada y eficiente, y por qué no se previeron suministros básicos como agua y comida para aquellos dispuestos a ayudar. La improvisación ha dejado una imagen negativa de la gestión de esta emergencia y ha generado un descontento generalizado entre la población.

¿Crees que la Generalitat debería tomar medidas para mejorar la organización en futuras emergencias? ¿Qué otras soluciones se podrían implementar para evitar el caos en situaciones de ayuda solidaria?

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