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Detienen a 19 integrantes de una red que introducía hachís en España desde Marruecos

Valencia Noticias | Redacción.- La investigación se inició tras el accidente que costó la vida a un español y un albanés cuando trataban de introducir un alijo de hachís por vía aérea.

Se ha intervenido un total de 900 kilos de hachís, 14 vehículos, 28.125 euros en metálico, 1 pistola municionada y lista para ser usada, así como varias armas cortas detonadoras.

Volaban a muy baja cota para eludir los radares, en horas nocturnas, sin planes de vuelo y tampoco activaban las señales de localización.

La Guardia Civil, en el marco de la operación denominada ‘VOLAOR-MARTILLO’, ha detenido a 19 integrantes de una organización criminal dedicada a introducir hachís en España desde Marruecos por vía aérea. Asimismo, se ha intervenido un total de 900 kilos de hachís.

Joyas requisadas por la Guardia Civil.
Joyas requisadas por la Guardia Civil.

La investigación comenzó tras el accidente en vuelo de un helicóptero en la provincia de Málaga y en el que fallecieron los dos ocupantes del mismo de nacionalidades española y albanesa, cuando transportaban un alijo de hachís desde la zona entre Tánger y Larache (Marruecos) hasta territorio nacional.

El modus operandi de esta organización consistía en realizar un vuelo desde un lugar oculto de la sierra gaditana en horario nocturno para evitar ser detectados. Asimismo, tampoco contaban con planes de vuelo, ni activaban los dispositivos de localización y además, volaban a baja altura para eludir los radares.

Una vez en vuelo, se dirigían a un punto predeterminado de carga de droga en Marruecos, desde donde volvían para posteriormente tomar tierra en otro punto diferente al de partida, normalmente fincas forestales o lugares de montaña previamente seleccionados por la organización por su inaccesibilidad. Es por ello por lo que utilizaban helicópteros tipo BO-105, ya que por su versatilidad pueden tomar tierra prácticamente en cualquier lugar, sin necesidad de una pista de aterrizaje asfaltada.

La zona de aterrizaje era señalada por la organización, recurriendo a luces muy precarias, lo que unido a la facilidad para tomar tierra en casi cualquier sitio, dificultaba la labor de los agentes para localizar el punto de alijo. Una vez allí, descargaban el material, lo cargaban en vehículos todoterreno y la aeronave volvía al punto de salida donde era ocultada, normalmente en fincas privadas.

Investigación tras el accidente

Las investigaciones desarrolladas por los guardias civiles, que han contado con la colaboración de la Gendarmería Real Marroquí, se centró en la identificación de la organización que estaba detrás del alijo frustrado tras el accidente aéreo en el que fallecieron un albanés de 40 años y un joven de la localidad gaditana de Espera de 32 años.

Se detectó que los miembros de la organización eran viejos conocidos de los agentes, no siendo nuevos en el tráfico de drogas por vía aérea. Esta red estaría haciendo de intermediarios entre la organización marroquí, que proporcionaba el hachís, y otra para la que se distribuiría la sustancia estupefaciente una vez en Europa, y ellos se proporcionaban la logística necesaria para que la droga adquirida llegase desde Marruecos a los distribuidores tanto en España como en distintos países del norte de Europa.

Asimismo, las investigaciones desarrolladas pusieron de manifiesto que, tras el accidente aéreo, los cabecillas de la organización estaban buscando adquirir en el mercado negro otros dos helicópteros, realizando gestiones para pagar por cada uno de ellos unos 100.000 euros.

Las aeronaves buscadas por la organización, estarían concebidas para uso militar, tratándose de helicópteros militares de 6 plazas, con una capacidad de carga de hasta 1.000 kilos, habiéndose reconvertido para tareas civiles, aunque actualmente se encuentran en desuso, por lo que con los contactos que poseían podrían haberlos adquirido de manera ilegal en Europa, lo que evidenciaba las intenciones de la red de continuar delinquiendo y aumentar la capacidad de alijo, a la vez que quedaba patente su capacidad económica para invertir en nuevas aeronaves.

Por todo ello y una vez identificados los integrantes del grupo criminal y los roles que cada uno de ellos desempeñaban en el mismo, se llevó a cabo una serie de registros de manera simultánea en los que se han intervenido el helicóptero BO-105 accidentado, 900 kilos de hachís, 14 vehículos, 28.125 euros en metálico, 1 pistola municionada y lista para ser usada, así como varias armas cortas detonadoras, teléfonos móviles, material informático y abundante documentación. Asimismo, se detuvo a todos los implicados en la organización criminal.

La operación ha sido desarrollada por agentes de los Equipos de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Cádiz y Sevilla.

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