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El “che” una expresión con varios padres

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“Che”, señalan los filólogos, es una expresión mucho más antigua y remota, una muletilla que ha sido esgrimida por árabes, judíos sefardíes y los habitantes de Valencia, en España.

¿Hay algo más argentino que la expresión “che”? Muchos afirmarían que no, que de hecho “che” es sinónimo de argentino. Sin embargo, las continuas oleadas migratorias que recibió el país austral a finales del siglo XIX y comienzos del XX le dan un origen más complejo.

Che es una expresión utilizada comúnmente en el español rioplatense y sus subdialectos, extendidos por Argentina, Uruguay, Paraguay y algunas partes de Bolivia y el sur de Brasil (homófono, más escrito tchê), así como algunas zonas de España: principalmente la Comunidad Valenciana y Galicia. La expresión es usada generalmente para llamar a alguien, similar a ‘oye’ u ‘hombre’. O también de uso similar a la interjección ¡vaya! en las zonas de la Comunidad Valenciana. En otros países latinoamericanos, el término ‘che’ es utilizado para referirse a una persona de origen argentino o uruguayo y, de hecho, así fue como el Che Guevara y el Che Copete adquirieron su sobrenombre. Mientras que en el Levante, se utiliza con múltiples connotaciones, por ejemplo para expresar enfado “Che, volvimos a fallar”, para reafirmar ideas “Que sí che, yo lo vi” y otros múltiples

“Según la Real Academia Española che De che, voz con que se llama a personas y animales.

1. interj. Val., Arg., Bol., Par. y Ur. U. para llamar, detener o pedir atención aalguien, o para denotar asombro o sorpresa.”

“che”, señalan los filólogos, es una expresión mucho más antigua y remota, una muletilla que ha sido esgrimida por árabes, judíos sefardíes y los habitantes de Valencia, en España.

A Valencia, ubicada en la costa mediterránea, se le conoce como la tierra de los “che”. En sus calles es común ver locales que se llaman “che” o instituciones como el club de fútbol Valencia, conocido como el equipo “che”. El club cuenta con un canal de televisión “che” y hasta una revista, “che, che, che””.

Por allí han pasado jugadores y técnicos argentinos, pero el apelativo no tiene que ver con ellos; su origen es más antiguo. El vocablo se utiliza desde hace varios siglos, tanto en su versión catalana, xe, como en su versión castiza, “che”, para enfatizar algo, expresar enfado o simplemente como muletilla sin significado: “¿che, que fas?” (¿”che”, qué haces?), “che, bon dia” (che buenos días) o “che, qué mala suerte”, entre otros ejemplos.

“Es muy probable que la expresión viajara con los emigrantes que llegaron a Argentina. Entre 1857 y 1935 casi tres millones de españoles arribaron a Buenos Aires. A ellos hay que sumarles el posterior exilio republicano de la guerra civil. Valencia era la capital de la república y muchos valencianos tuvieron que marcharse”, comenta a BBC Mundo la filóloga e historiadora Inés Celaya.

Al escritor estadounidense Ernest Hemingway fue una de las cosas que más le llamó la atención cuando llegó a Valencia para cubrir el conflicto.

En su novela “Por quién doblan las campanas”, sobre la guerra civil española, uno de sus personajes describe la bulliciosa ciudad: “Las gentes no tienen modales ni cosa que se les parezca. No entendía lo que hablaban. Todo lo que hacían era gritarse “che” los unos a los otros”.

Una expresión con varios padres

El “che”, no obstante, es un hijo con varios padres. Algunos filólogos italianos reclaman la paternidad y sitúan su nacimiento en Venecia, cuna del cocoliche, un dialecto que transmitió muchas palabras al lunfardo, la jerga que nació en los bares bonaerenses.

El vocablo italiano, que también abarca la región de Lombardía, se escribe ce y tiene los mismos usos que el argentino y el valenciano. De 1814 a 1970 llegaron a Argentina unos seis millones de emigrantes italianos, siendo la comunidad europea más grande del país.

“Hay que tener en cuenta que tanto el Reino de Valencia como las Islas Baleares, Cerdeña y buena parte de la actual Italia pertenecieron durante cuatros siglos a la Corona de Aragón. En Cerdeña, por ejemplo, se conserva la expresión cè, que se pronuncia “che” y que se utiliza para expresar sorpresa”, anota Celaya.

El origen del “che” se complica cuando se trepa por su árbol genealógico. Antes del Reino de Valencia estuvo el Al-Andalus. Y es que en los siglos de ocupación árabe era común la expresión shuf, que significa “¡mira!”.

En la Valencia de la época, un activo puerto del Mediterráneo, el shuf era utilizado por árabes y judíos sefardíes que, cinco siglos después de su expulsión de España, aún conservan la expresión.

El origen indígena

Otra vertiente del “che” es su posible origen en las comunidades indígenas del norte de Argentina. En guaraní “che” significa “yo” y también se utiliza como el posesivo “mí”.

La teoría, no obstante, fue descartada por el filólogo Ángel Rosenblat, autor de libros como “El nombre de la Argentina”(1964) u “Origen e historia del che argentino” (1962), entre otros aspectos por el escaso contacto entre los porteños con las comunidades indígenas.

El estudioso respaldaba el origen valenciano. En sus investigaciones encontró un punto de conexión entre el “che” mediterráneo y el rioplatense: el truco, un popular juego de cartas en Argentina y Uruguay que también se práctica en la comunidad valenciana y las islas baleares.

Allí se le conoce como truc (truco) y es prácticamente desconocido en el resto de España. “En cualquier caso el ‘che’ es una palabra errante, que ha cruzado culturas y océanos. Ya no sólo forma parte de la historia del Mediterráneo sino del cono sur de América”, detalla Celaya.

“Además, no sólo se asocia a los argentinos -agrega la experta- sino que es un vocablo que se transformó en un ícono mundial con Ernesto ‘che’ Guevara. Hay gente que piensa en la típica imagen del guerrillero barbado cuando escucha la palabra ‘che'”.

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