Valencia Noticias | Redacción.- El Índice de Precios al Consumo (IPC) disminuyó un 1,1% en febrero en tasa interanual, según cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta caída coincide con la adelantada por el INE a finales de ese mes y supone un aumento de dos décimas respecto a la inflación de enero.
Este aumento se explica por los componentes más volátiles del IPC, los alimentos no elaborados y los productos energéticos. En relación con el mes anterior, el IPC general aumentó un 0,2%, frente a la no variación en el mismo mes de 2014.
Los precios de los productos energéticos registraron en febrero una tasa interanual del -10,2%, 1,2 puntos por encima de la del mes anterior (-11,4%). Esta menor caída se debe, exclusivamente, a la partida de combustibles y carburantes, que moderan 3,6 puntos el ritmo de descenso interanual, hasta el 12,9%, en línea con la evolución alcista de los precios del petróleo durante febrero. En sentido contrario, evolucionaron los precios de la electricidad al reducirse la tarifa eléctrica para usos domésticos un 5,2% en el mes y en casi seis puntos su tasa anual, hasta el -3%.
La tasa de variación interanual de los precios de los alimentos no elaborados ha aumentado 1,6 puntos en febrero, hasta el 0,9%. Esta fuerte aceleración ha respondido, en gran medida, a las frutas frescas y a las legumbres y hortalizas frescas.
La inflación subyacente (excluye los elementos más volátiles del IPC, alimentación fresca y energía) se mantuvo en febrero en el 0,2%. Esta estabilidad responde a que la moderación de la inflación de servicios se compensó por la aceleración de la alimentación elaborada y la estabilidad de la tasa interanual de los BINES (bienes industriales no energéticos). Los servicios moderaron su tasa anual en dos décimas, hasta el 0,3%, los BINES la mantuvieron en el -0,1% y la alimentación elaborada aumentó dicha tasa anual en dos décimas, hasta el 0,1%.
Dentro del grupo de servicios, la desaceleración de la inflación respondió a la rúbrica de turismo y hostelería y a la del transporte público interurbano. La tasa anual de la primera rúbrica pasa del 1,1% en enero al 0,9% en febrero, debido a la desaceleración de los precios de viajes organizados, que reducen su tasa anual en 2,5 puntos porcentuales, hasta el 2,9%. El transporte público interurbano modera su tasa anual desde el 4,1% de enero hasta el 1,3% de febrero, debido a la desaceleración de más de 6 puntos de los precios del transporte aéreo.
Los precios de los BINES mantuvieron en febrero su tasa anual en el -0,1%. Esta estabilidad responde principalmente a que la caída de los precios de vestido y calzado en el actual ejercicio, debido a las rebajas de invierno, ha sido igual a la de un año antes. La alimentación elaborada, incluidos bebidas y tabaco, registra una tasa anual del 0,1%, frente al -0,1% del mes anterior. Este aumento se explica por la aceleración de partidas como el aceite y el tabaco que compensan la moderación de otras como la leche.
En términos intermensuales, el IPC aumentó un 0,2% en febrero, frente a la no variación en el mismo mes de 2014. Este ligero avance se explica por el encarecimiento de los productos energéticos, especialmente los combustibles y carburantes, de los servicios, particularmente el turismo y la hostelería y de los precios de la alimentación. Los precios de la alimentación no elaborada aumentaron un 0,8% respecto al mes de enero debido principalmente a la subida en legumbres y hortalizas frescas (10,5%) y, en menor medida, a la carne de ave. Bajaron el pescado, las frutas frescas y la carne de ovino. Los precios de la alimentación elaborada aumentaron un 0,1%, por la subida del aceite y del tabaco, compensada en parte por el abaratamiento del azúcar y de la leche.
Los productos energéticos registraron en febrero un aumento intermensual del 1,4%, como resultado de un avance del 4,1% en combustibles y carburantes, compensado en parte por la caída del 5,2% de la tarifa eléctrica. Los precios de los BINES disminuyeron un 0,4% respecto al mes anterior, como consecuencia de la caída de carácter estacional del vestido y calzado (1,7%).
Los precios de los servicios aumentaron un 0,1% en febrero respecto al mes previo, avance que se explica, principalmente, por la partida de turismo y hostelería (0,4%). Esta subida fue compensada parcialmente por el descenso del 2% del transporte público interurbano, como resultado de una caída del 4,2% de los precios del transporte aéreo.
La tasa anual del IPC en febrero aumentó en todas las comunidades autónomas salvo en Canarias, que se redujo una décima. En seis comunidades autónomas se registraron tasas de inflación superiores a la media nacional: Cataluña y País Vasco (-0,8%, en ambas), Islas Baleares, La Rioja y Madrid (-0,9%, en las tres) y Comunidad Valenciana (-1%). Andalucía presentaba la misma tasa que la media nacional (-1,1%) y el resto de comunidades tasas inferiores a la media. Las menores correspondieron a Castilla-La Mancha y Castilla-León con un -1,6%, en ambas. La tasa anual del IPC a impuestos constantes se situó en febrero en el -1,1%, al igual que la del IPC general, dos décimas superior a la del mes previo.
El INE ha publicado también el IPC armonizado (IPCA) correspondiente al mes de febrero, cuya tasa anual se sitúa en el -1,2%, frente al -1,5% del mes anterior. Si se compara esta tasa con la estimada por Eurostat para el conjunto de la zona euro en febrero (-0,3%), el diferencial de inflación favorable a España se mantiene en -0,9 puntos porcentuales del mes anterior.
En resumen, la tasa de variación anual del IPC ha aumentado en febrero dos décimas, debido a la evolución de los precios de los productos energéticos y de la alimentación, especialmente la no elaborada. La inflación subyacente se ha mantenido en 0,2%, tras los aumentos de los dos meses anteriores. Se mantiene por tanto la moderación en la evolución de los precios lo que incide favorablemente en la competitividad de la economía española y permite ganancias de poder adquisitivo de salarios y pensiones. Estas mejoras suponen un impulso al consumo y a la inversión con el consiguiente impacto en la creación de empleo, el principal objetivo de la política económica.