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¿Fracaso escolar o crisis del modelo? El efecto de la inmersión lingüística en Cataluña a la luz de los datos PISA 2022

Un análisis de los efectos de la educación en catalán sugiere un impacto negativo en el rendimiento académico, apuntando a un debate sobre equidad educativa en España


El eterno y polémico debate sobre la educación en España vuelve a la palestra con un informe reciente que analiza las consecuencias de la inmersión lingüística en Cataluña, evidenciando una caída notable en los resultados académicos de los estudiantes catalanes frente a los de comunidades donde el castellano es la lengua vehicular principal, como Madrid. A través de una exhaustiva revisión de los informes PISA de 2015 y 2022, los expertos sugieren que la política educativa centrada en la lengua catalana, lejos de equiparar resultados, está generando lo que algunos consideran “perdedores” dentro del sistema educativo español.

¿Qué dicen los datos?: una caída preocupante en matemáticas y lectura

Los últimos resultados del informe PISA, que evalúa a estudiantes de 15-16 años en competencias clave como matemáticas, lectura y ciencias, han desatado una tormenta de opiniones. Cataluña, en concreto, ha registrado una bajada significativa en las puntuaciones de matemáticas y lectura, perdiendo 21 y 38 puntos respectivamente en comparación con evaluaciones anteriores. No se trata de una caída aislada ni de un ajuste temporal; es una tendencia persistente y, al parecer, vinculada al modelo educativo de inmersión en catalán. Los datos no solo muestran una brecha educativa, sino que también plantean interrogantes sobre si el modelo está adecuando a los estudiantes catalanes para competir en el contexto educativo nacional e internacional.

En comparación, los estudiantes en comunidades como Madrid, donde el castellano es la lengua de instrucción principal, parecen tener un rendimiento académico superior en estas áreas. Esta diferencia ha llevado a algunos expertos y figuras políticas a cuestionar si el sistema de inmersión lingüística en Cataluña favorece verdaderamente la equidad, un valor central en la educación pública.

¿Un sistema educativo que genera “perdedores”? La controversia de las políticas de inmersión lingüística

El informe sobre el impacto académico de la inmersión lingüística, elaborado por el equipo de Francisco López Rupérez, de la Universidad Camilo José Cela, destaca que los estudiantes sometidos a un modelo educativo exclusivamente en catalán experimentan desventajas en términos de rendimiento académico. López Rupérez, junto a Álvaro Moraleda e Isabel García, emplearon modelos lineales multinivel para analizar los datos, concluyendo que “el modelo de inmersión lingüística severa” ha sido un factor determinante en las diferencias de rendimiento entre estudiantes de Cataluña y otras comunidades autónomas. Los autores llegan a calificar el sistema como “generador de perdedores”, afirmando que las políticas actuales están colocando a los alumnos catalanes en una desventaja educativa clara respecto a sus homólogos en regiones monolingües.

Impacto sociocultural y político: una identidad reforzada, pero ¿a qué precio?

El análisis también sugiere que, si bien el modelo de inmersión promueve una identidad cultural más arraigada, esto no siempre va de la mano con una mejora en la competencia académica. El informe menciona que los estudiantes catalanes sometidos a largos periodos de enseñanza en catalán muestran una mayor inclinación hacia el sentimiento identitario catalán, un objetivo alineado con las políticas independentistas. Sin embargo, el informe no evita plantear la incómoda pregunta sobre si esta reforzada identidad justifica la caída en rendimiento. Este vínculo entre lengua, cultura y rendimiento académico despierta un debate incómodo que enfrenta la preservación cultural con la búsqueda de la equidad y la excelencia educativa.

El factor socioeconómico y cultural: ¿es solo una cuestión de lengua?

A los factores lingüísticos se suma otro componente que complica aún más el análisis: el índice socioeconómico y cultural de las familias de los estudiantes. Según los informes, Cataluña y Baleares presentan los valores más altos en cuanto al porcentaje de alumnos que hablan en casa un idioma distinto al de la escuela, situándose en 55.54 % y 51.80 %, respectivamente. Este aspecto, que subraya una realidad de diversidad lingüística en el hogar, podría estar jugando un rol significativo en el bajo rendimiento de los estudiantes, especialmente en competencias clave como lectura y matemáticas. Así, las dificultades podrían ir más allá de la lengua vehicular en la escuela, integrando variables culturales y familiares que merecen un análisis más detallado.

¿Es reversible el impacto de la inmersión lingüística?

La pregunta que ahora se plantea es si el modelo de inmersión lingüística puede evolucionar o adaptarse para mejorar los resultados sin sacrificar la identidad cultural que promueve. Las alternativas no son fáciles, pero algunos expertos sugieren posibles soluciones intermedias, como introducir un modelo de enseñanza bilingüe, que podría ayudar a mejorar los resultados de lectura y matemáticas sin sacrificar la lengua catalana. Este enfoque podría no solo ofrecer una mejora en el rendimiento, sino también permitir a los estudiantes catalanes desarrollar habilidades competitivas tanto en el contexto nacional como internacional.

Sin embargo, implementar cambios en un sistema que ya está en marcha y que representa valores profundos para muchos sectores de la sociedad catalana requerirá un consenso amplio y, muy probablemente, la intervención de políticas educativas a nivel estatal.

Reflexiones y preguntas abiertas

El estudio plantea una pregunta fundamental: ¿es el actual sistema de inmersión en Cataluña una herramienta efectiva de equidad o está, por el contrario, creando divisiones dentro del sistema educativo español? Los datos sugieren que el modelo, tal y como está implementado, parece estar generando desventajas académicas para algunos estudiantes. Pero la cuestión de fondo es mucho más compleja. ¿Hasta qué punto debería la educación priorizar el rendimiento académico frente a la preservación cultural? ¿Es posible alcanzar un equilibrio entre identidad y competencia académica?

En última instancia, la reflexión recae en cómo queremos que sea la educación pública en España y cuál es el papel de la lengua en la construcción de una identidad regional sin poner en riesgo el futuro académico y profesional de las próximas generaciones. ¿Es el modelo de inmersión el mejor camino para la educación en Cataluña, o necesitamos reimaginar una fórmula que preserve la lengua sin comprometer el rendimiento?

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