Seguramente muchos lectores conocerán esta pieza a través de su versión cinematográfica de 2012 dirigida por Alexandre de La Patellière y Mathieu Delaporte, padres a su vez de la obra teatral que ellos mismos transformaron en guión para el cine.
‘El nombre’ gozó de un gran éxito en teatro y cine (en París estuvo dos años en cartel y en cine fue seleccionada para 4 premios César de la academia de cine) y no tardó mucho en disfrutar de varias versiones teatrales en diversos países. En Argentina vivió un año de éxito en 2013 y en México aún se mantuvo durante todo 2014 como uno de los platos fuertes de la temporada teatral. A España ha llegado con una potente propuesta actoral y escénica. Por un lado la dirección corre a cargo de Gabriel Olivares, director curtido en cien batallas teatrales, de quien ya hemos visto ‘Los monólogos de la vagina’ o ‘Una boda feliz’ (por recordar algunos de los títulos que han pasado por Valencia); y la versión al castellano viene firmada por Jordi Galcerán, dramaturgo catalán de dilatada trayectoria y hombre de confianza de Olivares en más de un texto.
En cuanto a los intérpretes, el reparto reúne a un selecto grupo de nombres teatrales: Amparo Larrañaga, Jorge Bosch, Antonio Molero, César Camino y Kira Moró, quienes dan vida a unos personajes de personalidades variadas y vivo interés por la discusión.
‘El nombre’ parte de un primer conflicto de una importancia relativa, una cena familiar y de amigos es la excusa para que uno de los invitados revele el nombre que tendrá su futuro hijo, de llegada inminente. Obviamente el nombre del futuro niño despertará el rechazo del matrimonio anfitrión y de uno de los amigos del quinteto reunido disparando, desde ese momento, viejos rencores y rencillas entre los reunidos.
A partir de esta situación lo que parecía una cena de amigos se convertirá en una cena catártica e hilarante donde aflorarán las posturas más encontradas provocando un contrapunto de opiniones que van desde la típica guerra de sexos, pasando por la política y llegando hasta el cuestionamiento del pensamiento ‘progre’ o la sátira sobre el modelo del burgués ‘conservador’.
Juega con solvencia Olivares el ritmo de las acciones y gracias a su potente grupo de actores genera una comedia ácida de gran agilidad y entretenimiento asegurado. Sí bien es verdad que en ocasiones el timing de la obra deja ver el artificio del juego rompiendo su in crescendo dramatúrgico, la viveza de sus diálogos y las más que correctas interpretaciones impulsan la obra dándole un dinamismo constante y un juego de réplicas y contraréplicas de perfecta diana para la risa.
‘El nombre’ es una comedia mordaz y ácida que juega muy bien sus bazas y acierta en su cuadro actoral (maravilloso Bosch en su papel de triunfador hombre de negocios) otorgándole un plus que agradece el público con generosos aplausos. Aún queda una semana para disfrutar de esta obra, no desaproveche la oportunidad de pasar 90 minutos de humor inteligente y diálogos chispeantes.
El Péndulo de VLCNoticias/Jimmy Entraigües
