Las tensiones entre partidos políticos y ciudadanos salen a la luz, mientras analistas critican el uso de la tragedia para agendas partidistas.
La DANA: una tragedia convertida en un tablero político
Las manifestaciones y el descontento social
Las devastadoras consecuencias de la DANA que afectó a Valencia han desencadenado una serie de manifestaciones en las que vecinos y afectados buscaban visibilizar su situación y exigir soluciones. Sin embargo, según los analistas Beatriz Talegón y Roberto Vaquero, estos movimientos han sido utilizados políticamente, particularmente por la izquierda, para impulsar agendas partidistas.
En el programa Horizonte, Talegón y Vaquero coincidieron en que lo que debería haber sido una expresión genuina de solidaridad y unidad vecinal se convirtió en un escenario de enfrentamientos ideológicos.
“Era el momento de unir fuerzas, no de dividir a las personas según sus afinidades políticas”, afirmó Talegón.
La politización de las protestas: acusaciones directas a la izquierda
Críticas a la instrumentalización
Talegón calificó las manifestaciones como una muestra clara de politización por parte de partidos como el PSOE y Compromís. Según ella, estas organizaciones aprovecharon la tragedia para presentarse como salvadores, desviando la atención de las verdaderas demandas de los afectados.
“Se ha intentado colar una agenda ideológica bajo el disfraz de solidaridad vecinal. Esto no es ayudar, esto es marketing político”, señaló.
Por su parte, Roberto Vaquero añadió que, lejos de ser un movimiento espontáneo, las protestas mostraron signos de estar organizadas y monitorizadas por militantes partidistas que buscaban controlar el mensaje y acallar las críticas.
“A quienes llevaban pancartas criticando a Sánchez o a sus aliados los abucheaban, los rodeaban e incluso pedían a la policía que los retirara”, denunció.
Un falso discurso de unidad
Ambos analistas coincidieron en que se ha intentado presentar las manifestaciones como un esfuerzo colectivo, apartidista y vecinal, cuando en realidad se percibía una evidente carga ideológica.
“La izquierda organizó las protestas de manera que pareciera una iniciativa ciudadana, pero estaba claro quién movía los hilos detrás de todo esto”, comentó Vaquero.
La contramanifestación: la búsqueda de un enfoque más amplio
Ampliando la protesta
En respuesta a lo que percibieron como una manipulación política, Vaquero y su equipo organizaron una contramanifestación con el objetivo de dar voz a los afectados que no se sentían representados por las movilizaciones ideologizadas.
“Nosotros llevamos una pancarta enorme con el rostro de Sánchez y el mensaje de que también era su culpa. Queríamos mostrar que no hay un único culpable y que las críticas deben ser justas y amplias”, explicó.
Vaquero destacó que, mientras los militantes de izquierda los atacaban verbalmente, muchos vecinos apoyaron su mensaje.
“Los vecinos nos aplaudían porque veían que decíamos lo que ellos sentían, mientras otros nos insultaban y nos llamaban fascistas”, relató.
El impacto de la politización en la comunidad
Divisiones y resentimientos
Para Talegón, la instrumentalización de las manifestaciones ha generado una fractura social en un momento en el que la unidad era más necesaria que nunca. Según ella, el enfoque partidista ha fomentado el enfrentamiento entre vecinos, erosionando el espíritu solidario que surgió en los primeros días tras la tragedia.
“Esto no es más que un juego político que está dividiendo a la gente. La tragedia debería habernos unido, no separarnos aún más”, lamentó.
Vaquero agregó que esta situación está desmotivando a muchos voluntarios y generando desconfianza hacia las movilizaciones.
“Cuando la gente ve que las protestas son manipuladas, se desanima. Esto puede acabar perjudicando a los propios afectados, que necesitan más apoyo que nunca”, advirtió.
Reflexiones sobre la respuesta política
Falta de soluciones estructurales
Más allá de las manifestaciones, tanto Talegón como Vaquero señalaron que las instituciones no han ofrecido respuestas efectivas ni han tomado medidas estructurales para prevenir futuras catástrofes.
“Se están gastando energías en el enfrentamiento político en lugar de buscar soluciones reales. Los vecinos no quieren discursos, quieren acción”, afirmó Talegón.
El rol de los ciudadanos y los medios
Talegón hizo un llamado a los ciudadanos para que exijan transparencia y desconfíen de las agendas políticas disfrazadas de solidaridad. También destacó el papel de los medios para visibilizar las verdaderas necesidades de los afectados.
“Los medios deben dar voz a quienes realmente lo necesitan y no a los que quieren aprovecharse de su dolor”, concluyó.
Preguntas para la reflexión
¿Es posible recuperar el espíritu de unidad tras la DANA, o las tensiones políticas seguirán marcando las respuestas a esta tragedia? ¿Qué rol deberían jugar los ciudadanos para exigir una gestión más transparente y efectiva?