Este semanario festivo nació en la ciudad a finales del siglo XIX. Salía los domingos y se editaron 54 números (de diciembre 1889 a diciembre 1890). Su director fue Edmundo C. Bonet. Imitó a las revistas Madrid Cómico y Madrid Alegre.
Lo curioso de esta publicación es que, en 1891, cuando ya había cesado su edición, editó un raro Almanaque, el que reproducimos, en su último intento de propagar la revista ya que no se editaron más ejemplares.
El semanario se vendía por suscripción a dos pesetas trimestrales y tenía como domicilio social la calle del Gallo, nº 3. También se vendía en Madrid y en La Habana, en el establecimiento La Isla de Cuba. Se imprimía en los talleres de Emilio Pascual, con papel de la casa Isidro Balari (con mismo domicilio de la citada calle del Gallo, posiblemente Balari también formaría parte del grupo editor). Para las excelentes portadas litográficas se contó con la participación del establecimiento de la Viuda de Ismael Haase, situado en la calle de Colón. También contó con la colaboración del fotógrafo Federico Vela (calle Hierros de la Ciudad, 4). Así vemos todo un esfuerzo editorial para que la revista fuera un referente, como así ocurrió al principio que gozó de aceptación popular, después no lo fue tanto y tuvo una vida efímera, ya que como se ha visto tan sólo alcanzó un año de vida.
El Almanaque citado es un ejemplo de la buena edición, muy ilustrado y con artística portada. Los dibujos se acompañaban de textos picantes para la época (como los dos que reproducimos) y siempre sin olvidar el carácter humorístico que le acompañaba: A poco de estar juntitos/ anoche en aquel sillón/ dije: ¡Esta pobre ha salido/ lo mismo que la anterior.
Colaboraron multitud de autores y dibujantes, como E. Pastor que por entonces era prolífico artista de obras costumbristas.
El carácter satírico, humorístico y hasta diríamos “picante”, la convirtió en una de las primeras revistas de este tipo, a la que seguirían otras surgidas en el siglo XX, especialmente las editadas por la atrevida editorial de Vicent M. Carceller y su famosa “La Traca”.
Valencia Cómica, ciudad, desenfada, libre, reflejo de la fama dada a los valencianos por su carácter abierto, jovial, festivo, pasional, desinhibido y, por lo tanto, predispuestos al consumo de este tipo de publicaciones.