Hoy os presentamos una reseña literaria muy interesante para todos aquellos niños que les gusta la ciencia y las matemáticas. Un impresionante libro que trata sobre la física cuántica, pero desde un lenguaje sencillo logrando que parezca fácil. A partir de distintos teoremas y principios cuánticos desarrolla varias historias unidas por acertijos que posteriormente se resuelven.
Esta reseña forma parte del proyecto “Reseña tu lectura” elaborado por los alumnos del Colegio San Enrique, de Quart de Poblet, en colaboración con su profesor Francesc Vicent Nogales Sancho.
Título: La puerta de los tres cerrojos
Autora: Sonia Fernández Vidal
Editorial: Destino
ISBN: 978-8408182542
Niko es un niño con un ojo de cada color, curioso y muy listo. Misteriosamente entra en una casa donde descubre el mundo cuántico. Extraños personajes le hacen vivir aventuras con curiosos enigmas y ciencia. La materia, las partículas, la velocidad, la energía y un gato negro le llevan al otro mundo que no vemos.
La frase “Si quieres que sucedan cosas diferentes, deja de hacer siempre lo mismo” es uno de los aspectos fundamentales de este precioso libro que nos hace reflexionar sobre cosas que hasta ahora nunca nos habíamos planteado.
Niko aprende muchas cosas sobre física que hasta ahora ignoraba, como por ejemplo, el principio de incertidumbre de Heisenberg, que dice que no se puede estar en una posición exacta a una velocidad exacta. También buscó al gato de Schrödinger, que, aunque estaba en una caja, no sabían si estaba vivo o muerto. Asistió a un concierto del Boss-on de Higgs, pasó mucho miedo con los agujeros negros, pero consiguió superar su miedo y darles esquinazo, este aspecto de la superación de los miedos es muy bueno en este libro.
En toda esta aventura, Niko hizo una amiga, Quiona, que le acompañó en la misión que tenía, salvar el universo cuántico, ella es un hada cuántica, morena, guapa y feliz.
Este libro me ha gustado mucho, especialmente cómo lo cuenta. Al principio me ha parecido algo complicado, pero luego me gusta mucho.
Los personajes son muy interesantes, y logran hacer cosas increíbles.
A mí personalmente me ha gustado el misterio que genera el libro y también que he aprendido un montón de cosas que desconocía.
El tema de los acertijos, y las preguntas trampa me encanta.
David G. es un apasionado alumno al que le encantan las ciencias y las matemáticas. ¿Quién sabe si dentro de unos años será quien resuelva la conjetura de Hodge o cualquier otro de los grandes problemas matemáticos aún por resolver?