Carles-Andreu Fernández Piñero
Economista
Leyendo una noticia sobre la inflación en Venezuela en Yahoo!, mucha gente se sorprenderá que utilicen una curiosa (y sabrosa) medida para saber el nivel de precios: el Big Mac. En efecto, según se dice literalmente en el texto, “la popular hamburguesa Big Mac de McDonalds refleja la espiral inflacionaria: en septiembre de 2013 costaba 125 bolívares con papas fritas y refresco, mientras que en noviembre de 2014 casi duplicó su precio, a 245 bolívares”.
¿Por qué hacen esto? ¿Tenía hambre el periodista cuando lo escribió? No, en realidad está utilizando un índice económico que está reconocido internacionalmente: el índice Big Mac. En efecto, esta medida internacional de precios la creó el diario The Economist en base a una teoría económica, la de la paridad del poder adquisitivo (PPP), que sostiene que un euro debe poder comprar lo mismo (en este caso, esa hamburguesa de McDonald’s) en todos los países, por lo que si nos cobran diferente en uno o en otro, es porque la moneda local está sobrevaluada o infravalorada. Ahora bien, el índice Big Mac también se utiliza a veces para ilustrar las variaciones de precios (o sea, la inflación) en el mismo país, como han hecho en la noticia sobre la posible hiperinflación en Venezuela.
Resulta curioso que una hamburguesa llegue a ser un indicador económico, pero la presencia tan internacional de McDonald’s (aunque no completa, por hay unos 120 países que tienen restaurantes de esta cadena y casi 100 que no) ayuda bastante a realizar comparativas de precios entre países. Hay que tener en cuenta de que para hacerlo bien, lo ideal es hacerlo con un mismo producto (comprar lo que vale una longaniza en Francia y un botijo en España no tendría sentido, naturalmente), y no todos los productos se encuentran en todos los países, pero el Bic Mac sí que se vende en una buena parte del mundo, así que viene de maravilla para los análisis de precios.
Profundizando un poco más, algunos pueden pensar que sí, es muy interesante saber que un Big Mac es más caro en Brasil que en España, pero esto tampoco nos sirve para hacernos una idea del coste de la vida en cada lugar. Por eso, hay una versión más “cocinada” del índice que relaciona lo que vale la hamburguesa con la renta per cápita de quien la compra, porque claro, que sea más barata en un país no significa que el poder adquisitivo del mismo sea mayor. Habrá que ver lo que cobran los habitantes del lugar, no sea que comprar un Big Mac, aunque esté tirado de precio, les cueste un mes de trabajo a los pobres.
Y quedándonos en casita como en la noticia de la inflación venezolana, el producto de McDonald’s suele ser significativo para crear un índice de precios porque normalmente el suyo es bastante estable, así que si se hace más caro (o mucho más claro como en Venezuela) es para ponerse a temblar. No servirá para nada irnos a Burger King, porque seguro que también habrá subido el whopper… junto con el pan, la leche, el periódico, los bolígrafos y el resto de bienes de la economía.