Javier Gázquez.
Experto en marketing online.
Nadie dice que lanzarse a la aventura empresarial sea fácil. En un mundo tan competitivo, las startups se encuentran con multitud de obstáculos que solo las más avispadas son capaces de sortear.
En los negocios, como en cualquier otro ámbito de la vida, la paciencia es una virtud. Ahora bien, no se puede pensar que los resultados van a llegar solos. Una actitud dinámica, positiva, tendente a la colaboración y a la escucha juega un papel fundamental. Adoptarla o no es un decisión propia de cada emprendedor.
Pequeños errores que pueden pagarse caros
Cualquier persona que haya puesto en marcha una empresa puede dar fe de la cantidad de errores que se cometen al principio. Desde presupuestos equivocados, mala elección de la forma jurídica, carecer de la formación necesaria, falta de definición de su público objetivo, pérdida prematura de entusiasmo…
Fallos que en teoría no tienen por qué ser demasiado relevantes y que, sin embargo, en la práctica, pueden desde retrasar el inicio de un proyecto, hasta provocar serios quebraderos de cabeza a su impulsor pasando por la posibilidad de dar al traste definitivamente con el mismo.
Algunos de estos errores son de sentido común y otros tienen su base en la falta de previsión. Sin embargo, la mayoría son fruto de la lógica inexperiencia incluso, en no pocas ocasiones, de la soberbia. A continuación, la selección de los 10 trucos que garantizan el éxito:
1º. No temer a la competencia.
El hecho de que exista obedece a que la idea que se la ha ocurrido a un emprendedor, también está en mente de más personas. Saberlo evita desagradables sorpresas.
2º. La solución está en pensar cómo resolver problemas comunes.
Es tan sencillo como eso y, por tanto, no hay que esperar a la aparición de conceptos nuevos y revolucionarios.
3º. Buscar alianzas estratégicas.
Resultarán fundamentales en el desarrollo del negocio, pues por bueno que sea el artículo, si hay algo seguro, es que no va a venderse solo.
4º. Innovar en toda la extensión de la palabra.
No puede pretenderse triunfar dando un pequeño cambio a un producto o servicio que ya resulta conocido.
5º. Fomentar la labor en equipo.
Querer hacerlo todo por uno mismo no es lo idóneo. Las probabilidades de triunfo que se alcanzan gracias a equipos preparados están fuera de toda duda.
6º. Trabajar duro para convencer a los inversores.
Pues una buena idea no es suficiente para atraerlos de manera automática. El plan de negocios ha de ser consistente y apto para su gestión.
7º. No confundir lo que se pretende con la realidad.
Lo normal es que los números que se proyecten se aproximen al panorama real, pero hay que considerar aquellos factores que suelen influir en ingresos y gastos.
8º. Hacer una correcta lectura de los números.
Llevar una óptima organización de la contabilidad y de las finanzas resulta imprescindible para la comprensión del retorno.
9º. Apoyarse en la opinión de los expertos.
No es posible que el emprendedor domine todas las habilidades que se requieren en los diferentes planos, por lo que ha de buscar consejo y asesoramiento profesional.
10º. Dejar el ego a un lado.
Pues, lo contrario, puede suponer una nefasta intromisión en el liderazgo, es decir, en la actitud que se ha de tomar, cuando se precisen cambios en el estilo del mismo, motivados porque otros hayan de gestionar la compañía una vez que haya alcanzado la estabilidad.