El líder de la secta de Vistabella quiso financiar un macroalojamiento con las donaciones de sus fieles
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El líder de la secta de Vistabella quiso financiar un macroalojamiento con las donaciones de sus fieles
Redacción | 28 de noviembre de 2025
La investigación policial sobre la llamada secta de Vistabella continúa desvelando nuevas ramificaciones económicas alrededor del grupo liderado por el conocido como tío Toni. Según declararon los agentes especializados de la Policía Nacional, el líder y su círculo más próximo planearon levantar un complejo turístico en Vall d’Alba sufragado íntegramente con las aportaciones económicas de sus seguidores.
Un proyecto envuelto en promesas que nunca se cumplieron
De acuerdo con el testimonio de los investigadores, el primer paso del supuesto plan fue adquirir diversas propiedades con el dinero donado por los miembros de la comunidad. A los fieles se les aseguró que su contribución serviría para poner en marcha un centro de acogida destinado a personas vulnerables o sin recursos. Sin embargo, la infraestructura nunca llegó a construirse.
La operación comenzó con la compra de la finca El Pantano, financiada gracias a los donativos de quienes formaban parte del grupo. Poco después, el líder identificó otra propiedad, La Chaparra, a la que decidió trasladarse. Las adquisiciones continuaron con dos nuevas fincas: una situada en la zona de la Pelejana y otra conocida como La Juncosa, donde supuestamente se edificaría el futuro “complejo turístico”.
Préstamos, ampliaciones y un interés económico creciente
Los agentes explicaron que, para seguir expandiendo el patrimonio de la secta, el tío Toni formalizó préstamos hipotecarios sobre las propiedades ya adquiridas. Con ese dinero, según recoge el informe policial, se ampliaron las posesiones y se reforzó la idea de un proyecto social que, en la práctica, nunca se materializó.
Pese a la apariencia de actividad altruista, las pesquisas apuntan a que el líder y su entorno más inmediato obtuvieron un beneficio directo de las aportaciones —muchas de ellas procedentes de herencias, indemnizaciones o seguros aportados por los propios miembros del grupo— sin invertir realmente en la comunidad.
Presiones internas y conflictos entre los seguidores
El informe policial recoge que algunos adeptos fueron presionados para entregar cualquier ingreso extraordinario al colectivo. En los casos en los que existían reticencias, la declaración de los agentes subraya que podía recurrirse a la coacción o incluso a la violencia física.
Estas prácticas terminaron generando tensiones internas entre los propios seguidores, muchos de los cuales sostenían la comunidad económicamente mientras parte del liderazgo hacía uso personal de los fondos.
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