Las autoridades egipcias están poniendo en peligro la vida de un activista encarcelado, cuya salud está gravemente deteriorada tras más de 230 días en huelga de hambre, al negarse a proporcionarle atención médica sostenida y ponerlo en régimen de aislamiento, ha dicho hoy Amnistía Internacional.
Mohamed Soltan, de doble nacionalidad estadounidense y egipcia, es uno de los 86 activistas encarcelados que están en huelga de hambre en cárceles y comisarías de todo Egipto en protesta por sus duras condiciones de reclusión o, en algunos casos, por llevar largo tiempo detenidos sin cargos o en espera de juicio y haber sido juzgados sin garantías. También protestan contra la represiva ley de manifestaciones que muchos de ellos están acusados de violar.
La familia de Mohamed Soltan ha advertido de que éste se encuentra en estado crítico y corre peligro inminente de fallo orgánico.
“Negar la atención médica a alguien que está en estado crítico no sólo es desalmado y cruel, sino manifiestamente ilegal”, ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“Las autoridades tienen la obligación de garantizar que todas las personas detenidas bajo su custodia tienen acceso a una atención médica adecuada.”
Mohamed Soltan ha sido puesto en régimen de aislamiento en la cárcel de máxima seguridad de al-Aqrab en castigo por su huelga de hambre. Según su abogado, las autoridades de la cárcel sólo lo trasladan a las dependencias médicas de la prisión cuando pierde el conocimiento y lo devuelven a su celda cuando vuelve en sí.
Mohamed Soltan fue detenido en agosto de 2013, durante la represión contra los simpatizantes partidarios de Morsi en la plaza de Rabaa Al Adeweya. Trabajaba con una comisión de medios de comunicación que informaba de las violaciones cometidas por las fuerzas de seguridad contra los simpatizantes partidarios de Morsi desde su derrocamiento.
Mohamed Soltan ha sido acusado de “financiar la sentada de Rabaa al-Adawiya” y difundir “información falsa” para desestabilizar el país. Las fuerzas de seguridad asaltaron su casa en el Cairo el 25 de agosto de 2013 en busca de su padre, Salah Soltan, destacada figura de la Hermandad Musulmana, y, al no encontrarlo, detuvieron a Mohamed Soltan y a tres amigos suyos.
“Para empezar, Mohamed Soltan no debería estar encarcelado, y aquello de lo que se le acusa no debería ser delito. Ahora las autoridades están jugando con su vida de esta forma”, ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui. “Debe quedar en libertad inmediatamente”.
Según cifras oficiales, las autoridades egipcias siguen reteniendo al menos a 16.000 personas en cárceles y comisarías desde el derrocamiento del ex presidente Mohamed Morsi. Sus condiciones de detención suelen distar mucho de lo dispuesto por las normas internacionales de derechos humanos y pueden constituir trato cruel, inhumano y degradante. A menudo los detenidos se enfrentan a cargos falsos o de motivación política y a juicios que incumplen las normas sobre garantías procesales.
Las autoridades de Egipto deben cumplir sus obligaciones internacionales, lo cual incluye celebrar juicios justos que cumplan las normas internacionales y poner de inmediato en libertad incondicional a todas las personas detenidas sólo por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión, asociación y reunión.
Otro caso que ilustra el inhumano trato que reciben los huelguistas de hambre es el de Ibrahim El Yamany, a quien las fuerzas de seguridad trataron de obligar a terminar con su huelga poniéndolo en régimen de aislamiento durante 20 días y atándolo de pies y manos a los barrotes de la puerta de su celda de la cárcel de Wadi al Natroun durante varias horas. Ibrahim El Yamany lleva más de 150 días en huelga de hambre. Fue detenido por trabajar en un hospital de campo levantado durante las protestas de la plaza de Ramsis, en El Cairo, los días 16 y 17 de agosto de 2013. Se le acusa de pertenecer a un grupo prohibido, protestar sin autorización y utilizar la violencia, entre otras cosas.
“Las autoridades tienen la obligación de garantizar el derecho a la salud de todos los detenidos, incluidos los que están en huelga de hambre”, ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui.
“Castigar a los detenidos para obligarlos a terminar con su huelga de hambre es una violación de su derecho a la libertad de expresión. Este trato, que se produce en destacadas cárceles de Egipto, debe terminar ya.”
En otras cárceles de todo Egipto hay detenidos en duras condiciones que están en huelga de hambre. Según el grupo de apoyo a los presos de la campaña “Libertad para los valientes”, al menos 57 detenidos están en huelga de hambre en la cárcel cairota de Abu Zabaal, y al menos 15 en la cárcel de Tora.
Información complementaria
Otros destacados detenidos en huelga de hambre son el conocido bloguero Ahmed Douma, que cumple tres años de condena por desafiar la draconiana ley de manifestación de Egipto, y Sanaa Seif, conocida activista que lleva en huelga de hambre desde el 28 de agosto de 2014. Su padre, el incansable abogado de derechos humanos Ahmed Seif al-Islam, falleció el mes pasado. Sanaa está en huelga de hambre en protesta por habérsele negado el permiso para acompañar a su padre en sus últimos días.
Fuera de la cárcel, al menos 54 activistas y defensores y defensoras de los derechos humanos están en huelga de hambre en solidaridad con los detenidos, como la hermana de Sanaa, Mona Seif, y Aida Seif El Dawla, directora ejecutiva del Centro Nadeem de Rehabilitación de Víctimas de Violencia.
VLCNoticias|Redacción