Un documental mostrado al final de la tarde de la primera sesión del I Congreso Internacional sobre la Sábana Santa de Turín celebrado ayer sábado, 28 de abril, muestra al público que el conjunto de laboratorios del STURP (Shroud of Turin Research Corporation) desde 1978 hasta publicar su informe final en 1981, actuaron de mala fé para mostrar el resultado que la Sábana era una falsificación medieval.
Un grupo de laboratorios americanos científicos y que conformaban el STURP, fueron quienes examinaron por primera vez la Sábana Santa de Turín, en 1978, en donde pasaron 120 horas examinándola.
Éstos estuvieron alrededor de dos años realizando una serie de test a las muestras tomadas de la sábana y datar las muestras por radiocarbono 14. Durante los dos años estuvieron violando los procedimientos que todos los laboratorios deben seguir para realizar investigaciones científicas.
Un trozo de tela que fue cortado de la misma, y que a su vez fue dividido en más partes, y que se introdujeron en diversos cilindros. De esta manera todos los laboratorios que intervinieron en la sesión de exploración podrían trabajar de forma “independiente”. Sus conclusiones oficiales fueron que la sábana se fechaba entre 1260 y 1360 d.c, es decir, que no fue la sábana que envolvió a nuestro Señor.
Según el documental sobre la Sábana de Turín, y que todavía no se ha hecho público, se dice que hay pruebas que muestran que hubo un complot con los laboratorios para falsificar la fecha. Al parecer ser alguien que estaba detrás, estaba muy interesado en demostrar la conclusión, de que se trataba de una falsificación medieval y que no tenía nada que ver con la muerte y resurrección de Jesucristo.
Se afirma que estos laboratorios no actuaron de forma independiente, sino que compartieron informaciones entre ellos violando los protocolos de actuación. Otras pruebas demuestran que los directores de los laboratorios se reunieron en verano, antes de la publicación oficial de la datación. Además mientras trabajaban en las investigaciones facilitaban a la prensa informaciones antes de que se concluyeran sus resultados a cambio de mucho dinero, siendo éstas erróneas y favoreciendo el debate en contra de su real existencia.
Para agravar todavía más la dificultad en el análisis, si cabe, se dice también que las muestras fueron intercambiadas con otras reliquias antiguas, como la tumba de Cleopatra u otras sábanas medievales.
Más adelante se hicieron otras pruebas secretas, a las muestras textiles originales, como la de 1.988, con el apoyo de la Universidad de California. Donde hicieron un descubrimiento inhóspito -un extremo databa la Sábana en el año 200 d.c, y el otro extremo en 1.000 d.c. En cada extremo de la muestra daba como resultado una datación distinta. En unos pocos centímetros había una variación de hasta 200 años. Al parecer uno de los extremos estaba contaminado por pegamento orgánico, lo que influía en el resultado de la datación.
Se siguieron haciendo más pruebas por otros laboratorios y descubrieron que dependiendo que de cada muestra obtenían dataciones distintas debido a que la sábana estaba contaminada. Lo que daba como resultado a conclusiones finales no concluyentes.
Como consecuencia de esto, el problema de la datación de la sábana y por tanto el misterio de si se trata de una reliquia o de una falsificación sigue sin resolverse.
VLC Ciudad/Marta Ebri