Estudio en enfermos de párkinson
Un estudio en 12 personas con párkinson ha probado que los medicamentos con un precio elevado generan más expectativas de mejora que los baratos. Ante la perspectiva de curación, el cerebro libera dopamina, que produce beneficios motores. Los autores consideran que el placebo puede reducir las dosis de fármacos y sus efectos secundarios, pero otros investigadores consideran que esta es una mala noticia para el control de costes médicos.
Los medicamentos crean expectativas de curación en los pacientes. En numerosas ocasiones, estas esperanzas producen una mejoría similar o mayor a la que producen los fármacos, lo que se conoce como efecto placebo. Un nuevo estudio, llevado a cabo por investigadores de la Academia Estadounidense de Neurología en enfermos con párkinson, indica que este efecto es mayor cuando el precio de los remedios es elevado. El artículo ha sido publicado en la revista de la academia, American Academy of Neurology.
“Las expectativas desempeñan un papel importante en la eficacia de los tratamientos, sobre todo en personas con enfermedad de Parkinson”, explica el venezolano Alberto J. Espay, investigador en neurología de la Universidad de Cincinnati (EE UU) y autor principal del artículo.
Los pacientes mejoraron en un 28% sus habilidades motoras con el ‘medicamento caro’
La investigación se llevó a cabo en 12 pacientes con esta patología. Los científicos administraron a cada uno de ellos dos dosis de placebo –una solución salina–, indicándoles que se trataba de dos medicamentos diferentes, igualmente efectivos, pero de diferente precio, unos 90 y 1.300 euros, respectivamente. Antes y después de cada toma, los participantes pasaron varias pruebas para medir sus habilidades motoras y se sometieron a escáneres para medir la actividad cerebral.
Al tomar el fármaco etiquetado como caro, los pacientes mejoraron en un 28% sus habilidades motoras en comparación a cuando tomaban el barato. Este efecto fue particularmente notable cuando el que creían más costoso se recibía primero. Los resultados de la resonancia magnética también mostraron una diferencia a favor del medicamento de mayor valor económico.
“Si aprovechamos la respuesta al placebo para mejorar los beneficios de los tratamientos, podríamos reducir las dosis y, posiblemente, los efectos secundarios”, indica Espay.
Sin embargo, para Peter A. LeWitt, investigador del departamento de Neurología del Hospital Henry Ford en Michigan (EE UU) y autor del editorial sobre el estudio, “asumir que se obtienen los mejores resultados con los medicamentos más caros puede ser una mala noticia para el control de costes médicos”.
“Aprovechar el placebo podría maximizar los beneficios de los fármacos”, explica Espay
El poder de la expectativa
La enfermedad de Parkinson disminuye la cantidad de dopamina que genera el cerebro de las personas afectadas. Esta hormona afecta el movimiento, pero también a la anticipación, la motivación y la respuesta a nuevos estímulos. “La respuesta ante el tratamiento se asocia con la liberación de dopamina en el cerebro”, señala el autor.
Cuando se informó a los participantes de la naturaleza del estudio, los pacientes mostraron asombro por la gran diferencia que habían notado. “Las personas que admitieron tener más expectativas con el fármaco caro fueron las que más mejoría notaron al tomarlo, mientras que aquellos a los que el precio no les pareció determinante percibieron menos diferencias”, concluye Espay.
Una de las limitaciones del estudio es la diferente percepción en los precios que puedan existir según los estratos económicos en la sociedad. “Sería interesante reconocer en qué casos un medicamento de 90 euros es considerado o no como un medicamento barato”, señala LeWitt.
Referencia bibliográfica:
Alberto J. Espay et al. “Placebo effect of medication cost in Parkinson disease”.American Academy of Neurology (Enero de 2015)