Dormir mal afecta la atención selectiva de los estudiantes
En esta investigación, se analizó la relación que existe entre la calidad del sueño y la atención selectiva en estudiantes universitarios. Una mala calidad del sueño afecta el rendimiento en actividades motoras y cognitivas
ARGENTINA INVESTIGA/DICYTLas docentes de la Universidad Adventista del Plata, Silvia Fontana, Waldina Raimondi y María Laura Rizzo analizaron los vínculos entre la calidad de sueño y la atención. La magíster Fontana dialogó con Argentina Investiga acerca de la investigación.
¿Cómo se define el sueño, la calidad del sueño y sus alteraciones?
El sueño es un estado donde la conciencia decae -pero es reversible, periódico y natural-, y abarca a todos los órganos y sistemas del organismo. Es un proceso que engloba estados diferentes denominados sueño lento y sueño MOR (movimientos oculares rápidos) cuya función es reponer las energías y fijar la memoria, entre otras.
La calidad de sueño es la percepción que tiene una persona sobre su proceso de dormir, el cual depende de la cantidad de horas. O sea, es la evaluación que una persona hace acerca de si duerme bien de noche y el funcionamiento durante sus actividades diurnas. Las alteraciones del sueño son las que impiden a la persona tener un proceso de sueño reparador. Se pueden nombrar las más conocidas como el insomnio (no poder dormirse o despertar durante la noche y no poder volver a conciliar el sueño), lasparasomnias (sonambulismo, síndrome de piernas inquietas, hablar dormido), apneas (por ejemplo, los ronquidos).
¿Cómo se puede conocer el nivel de atención de una persona?
Estamos constantemente invadidos por estímulos, sin embargo, no prestamos atención a todos. La atención es un proceso mediante el cual una persona puede seleccionar entre los múltiples estímulos sensoriales, la información útil y necesaria para hacer cualquier tarea de la vida de manera eficaz (estudiar, trabajar, hacer un deporte) y suprimir aquellos estímulos que no son significativos. Una persona reconoce el nivel de atención cuando es consciente de que ha podido estar focalizada y sin distraerse al realizar una tarea. Los neuropsicólogos han desarrollado pruebas objetivas para poder medir la atención en sus diferentes componentes.
¿Cómo influye la calidad de sueño en la vida de los estudiantes? ¿De qué manera la calidad de sueño afecta la atención?
Datos experimentales indican que la privación parcial de sueño y/o la mala calidad de sueño influye en la vida de los estudiantes puesto que el hecho de no tener una buena calidad de sueño se relaciona con padecer somnolencia diurna (excesivo sueño durante el día), afecta el rendimiento en actividades motoras y cognitivas (prestar atención en una clase, resolver problemas, estudiar, rendir un examen), sobre el humor (produciendo irritabilidad, impaciencia, ansiedad, depresión) sobre el metabolismo y el funcionamiento hormonal (se relaciona con la obesidad y el síndrome metabólico) e inmunológico (mayor tendencia a padecer enfermedades). Se ha observado que una mala calidad de sueño, se relaciona con un mal rendimiento académico (puesto que afecta la atención y la memoria).
Es importante destacar que padecer somnolencia diurna, que es un componente significativo de la calidad de sueño, afecta el funcionamiento psicosocial del individuo de la misma manera que lo hace el consumo de alcohol: una persona que no ha dormido bien tiene afectada su capacidad cognitiva de atención de la misma manera que una persona que ha tomado alcohol. Por ellos nos preguntamos: ¿es lógico para un estudiante universitario antes de estudiar o rendir un examen tomar alcohol? Entonces ¿por qué no dormir bien?
¿Qué recomendaciones pueden brindarse para mejorar la calidad de sueño?
Vivimos en una sociedad que ha disminuido en dos horas el promedio del sueño en estos últimos 40 años. Para mejorar la calidad de sueño, primero debemos conocer la importancia del sueño en nuestra vida cotidiana. Se considera muchas veces que dormir es perder el tiempo, pero esto verdaderamente no es así.
También es fundamental trabajar sobre los hábitos de higiene del sueño. El primero es mantener un ritmo regular de horarios para dormir y levantarse. Asimismo limitar el uso de computadoras, celulares y televisión, en especial a la hora de irnos a dormir, puesto que esto no favorece el inicio del sueño. Por otra parte, mejorar hábitos alimenticios (no comer excesivamente en la cena por ejemplo) y realizar actividad física regular durante las horas del día. Otra recomendación importante es mantener una buena organización del tiempo de estudios y de recreación.