Carlos Sadness, cantante, compositor e ilustrador español
“Cuando era pequeño y no había internet ni móvil, la gente era igual de feliz”
Al revisar su discografía aparecen títulos como Feria de botánica o Sputnik (el día que dejaste la tierra)…
Mis canciones están al alcance de todos. Hay algunos términos más buscados, pero utilizo un lenguaje para hablar de cosas humanas y sensaciones con la idea de que sea una ciencia al alcance de todo el mundo, no que tengan que buscar en la Wikipedia para escuchar la canción.
El último disco, La Idea Salvaje, está lleno de metáforas astronómicas, ¿es un apasionado de la astronomía?
El tema puede ser manido, pero para mí es una temática tan natural como hablar de la vida en la ciudad o en el campo. En la época del colegio, siempre me gustaron más las letras porque era algo con lo que me sentía más identificado a la hora de escribir. A partir de ahí, sí que he desarrollado mucha más curiosidad por cuestiones científicas y también por la historia de la ciencia, que me parece especialmente interesante. Al igual que en la historia del arte o en la de la filosofía, se aprende mucho de la humanidad y de su evolución.
“Un buen invento sería poder empequeñecer los objetos, así podríamos aparcar, llevar los instrumentos sin problema o volar con Ryanair”
¿Qué disciplina científica le gusta más?
Las ciencias naturales me gustaban más que el griego o el latín, pero como yo quería hacer publicidad, es una carrera más cerca de las letras que de las ciencias. Una cosa que me ha llamado mucho la atención desde pequeño, son los libros científicos de botánica con esos dibujos preciosos de las plantas, en los que se habla mucho del tipo de tallo y el de hoja, de sus formas, de los climas más adecuados… Es difícil trasladar eso a las canciones, sin embargo se pueden sacar muchos de detalles para ilustraciones.
Sorpréndame, ¿tuvo buenas notas en las materias de ciencias que cursó?
Sí, como decía, en ciencias naturales. De hecho en el trivial soy mejor en el ‘quesito’ verde que en el marrón, que engloba temas de literatura. Y, por supuesto, mucho más del verde que el de geografía, ese es el que llevo peor.
Si no se hubiera dedicado a la música su carrera tendría algo que ver con la ciencia…
Creo que me hubiera dedicado a la publicidad, no me veo como astronauta de momento (risas).
Usted reside en Barcelona, una ciudad muy puntera en investigación. ¿Ha visitado algún centro especializado en ciencia?
He estado en Cosmocaixa varias veces porque siempre es una experiencia divertida y didáctica. Además, el observatorio que tiene en el Tibidabo me sirvió de inspiración para la canción Astronomía en el Tibidabo, que viene un poco de imaginar que alguien que vive en Montjuic cruza toda la ciudad para llegar a ese punto en el que hay un observatorio y desde ahí buscar a la persona que está esperando.
¿Qué invento cree que podría cambiarnos la vida de hacerse realidad?
Cuando estoy de gira siempre me acuerdo del teletransporte. Porque si estoy volviendo de algún concierto, cansado, y tengo que hacer siete horas en furgoneta y al llegar descargar todos los instrumentos pienso “si pudiéramos meternos en una capsulita y aparecer en cualquier lado”… Creo que sería bastante práctico aunque nos daríamos algún susto con visitas inesperadas, porque a veces también viene bien tener lejos a determinada gente. Otro podría ser la posibilidad de empequeñecer los objetos, así podríamos aparcar, llevar los instrumentos sin ningún problema y volar con Ryanair (risas).
“La comunicación es el invento más puntero de todos, aunque si tuviera que quedarme con uno seguramente sería la evolución médica o internet”
¿Y un reto científico que ya hayamos conseguido?
Hace poco cumplió 100 años mi tía abuela y le preguntamos cuál era el mejor invento que había vivido. Nos sorprendió cuando contestó “el insecticida, porque a partir de entonces se podía vivir mucho más tranquilo”. Cuando le dijimos si podía añadir otro, ella comentó “la radio”, porque le abrió al mundo y le enseñó un montón de cosas”. Supongo que la radio hizo la función actual de internet, aunque ahora es más democrático, ya que eliges el camino que quieres.
¿Pero en su caso cuál sería?
La comunicación es siempre el invento más puntero de todos. Si tuviera que quedarme con uno seguramente sería la evolución médica o internet, aunque hay cuestiones que no me gustan mucho al respecto.
¿Ósea que no es muy adicto a la tecnología?
Por un lado sí. Soy hijo de internet porque pienso que sin ella por ejemplo no sería conocida mi música, siempre fue el punto de partida. Soy de esos artistas que se dieron a conocer colgando sus canciones en internet, hasta que llegó una discográfica de verdad y dijo “este chico que funciona en internet quizá pueda funcionar con nosotros”. Pero, por otro lado, a veces envidio la vida de la gente de los 70 a los 80 en los que todo era analógico, e incluso tener ciertas limitaciones (había comunicación pero no un exceso de información). Supongo que si tengo que elegir me quedo con lo de ahora pero tampoco soy de esos que piensan que sin internet no podría vivir, solo que hay que estar mentalizado para eso. Cuando era pequeño y no había internet ni móvil, la gente era igual de feliz.