¿Llegar a los 47 con la figura de Kylie Minogue? Lo que parece un imposible –o un milagro de la genética o una causa innoble para odiar a la pobre Kylie– esconde un secreto: la dieta Montignac.
El método se basa en elegir bien tanto los alimentos como la porción correcta, un modo de alimentaciónequilibrada basada en glúcidos, lípidos y proteínas. La elección de alimentos pasa por las características físico-químicas de la composición de cada uno y, al ser una dieta disociada, solo se permiten comer ciertas combinaciones.
Según su creador, el francés Michel Montignac –ejecutivo importante de la industria farmacéutica– asociar ciertas comidas no beneficia al organismo. Esa es la razón por la que, a veces, se aumenta de peso sin excederse con las cantidades.
Por ejemplo, consumir carbohidratos con alto índice glucémico (batatas, pan, pasta, entre otros)
provoca la secreción de insulina y estimulan el crecimiento de células adiposas. Lo cual no destierra del todo la glucosa de la alimentación: productos con indice glucémico bajo como por ejemplo arroz integral, guisantes, legumbres o frutas, son aceptables.
Michel Montignac, el creador de la dieta milagrosa.
El autor sostiene que se pueden comer proteínas (carne, pescado, fiambres, pollo) y lípidos hasta la saciedad, siempre y cuando se consuman por separado y sin combinarlo con nada. La fruta está permitida siempre y cuando se coma fuera de las comidas. Los cereales tienen que consumirse crudos para reducir el índice glucémico.
EL ÍNDICE GLUCÉMICO, LA CLAVE DEL MÉTODO DE MICHEL MONTIGNAC
Aún cuando el método Montignac se parece a la dieta de Atkins, se diferencia de esta en que permite consumir hidratos de carbono que tengan un índice glucémico bajo.
Michel Montignac, obeso en su infancia, desarrolló el método utilizando los medios a su disposición –cuantiosos, al ser un personaje top de la industria de la salud– y experimentó consigo mismo hasta establecer su original método de adelgazamiento sin restricción calórica.
Las harinas integrales: permitidas.
Shutterstock
Las fases del método
Fase I. Fase de adelgazamiento: Este periodo se caracteriza por ser el más limitado, ya que debemos ser especialmente cuidadosos a la hora de seleccionar los alimentos según su carga glucémica. No se pueden ingerir una carga superior a 50.
Fase II. Fase de estabilización: En esta fase existen ya menos restricciones y se pueden consumir en ocasiones alimentos con índice glucémico elevado. Inclusive, pueden tomarse hasta tres vasos de vino tinto al día y comer chocolate amargo.
¿Harinas blancas? ¡Prohibidísimas!
Shutterstock
Esta dieta está desaconsejada a personas con problemas cardiovasculares o con niveles altos de colesterol.
Alimentos permitidos: carnes y pescados, chocolate negro, huevos, garbanzos, alubias, lentejas, guisantes, queso, zanahoria cruda, yogur, leche preferiblemente desnatada, frutos secos, aceitunas, mariscos, aguacate y café descafeinado. Además también puede consumirse pan, pasta, arroz y harina, pero siempre integrales.
Alimentos no permitidos: azúcar, papa, zanahoria cocida, miel, habas, calabazas, pasas, remolacha, castañas y nabo. No se admite el consumo de de pasta, pan, arroz y harina blancas.
Las frutas no están prohibidas, pero nunca se tomarán como postre, sino entre comidas. Además, quedan totalmente restringidos los refrescos con gas, las bebidas alcohólicas y la cerveza.
En la segunda fase del método, hasta puede tomarse vino.
Shutterstock
¿Cómo es un día en la dieta Montignac?
La diversidad alimenticia del método es su gran punto fuerte. Te ofrecemos un menú como ejemplo para que compruebes si se ajusta a tus necesidades.
Desayuno: Fruta. 15 minutos después, pan integral y café con leche desnatada.
Media mañana: Frutos.
Comida: Espinacas salteadas con ajo y jamón, y pollo asado con calabacín gratinado.
Merienda: Fruta o aceitunas.