Una de las medidas acordadas en la reunión multilateral del viernes pasado en Viena, prevé que los comicios se lleven a cabo «bajo supervisión» de la ONU y con todos los ciudadanos «incluyendo a los de la diáspora»
El artículo 7 del comunicado, firmado por los 17 países que se reunieron el viernes en Viena para intentar encontrar una salida política al conflicto armado en Siria, irrita a los partidarios del presidente Bashar al Assad.
Dicho artículo prevé que se realicen elecciones «bajo supervisión de Naciones Unidas«. Estos comicios deberán «cumplir con las normas internacionales más exigentes en materia de transparencia y fiabilidad, ser libres y equitativos y (llevarse a cabo) con todos los sirios, incluyendo a los de la diáspora».
Este último punto preocupa a Damasco, que, no obstante, no puede atacar abiertamente esta medida, dado que sus aliados rusos, chinos e iraníes firmaron el comunicado.
De votar, la gran mayoría de los sirios que viven en el exterior podrían hacer perder las elecciones al régimen de Assad, que controla el poder desde hace medio siglo, según expertos.
En efecto, entre 10 y 12 millones de sirios viven en zonas controladas por el régimen, pero otros tantos viven en las zonas controladas por la oposición y en el extranjero, estima el geógrafo Fabrice Balanche, especialista en Siria del Washington Institute.
«Los países hostiles a Siria habían prohibido a los sirios votar en las embajadas cuando se llevaron a cabo las elecciones presidenciales de 2014 y ahora piden con ahínco que voten los sirios refugiados o que viven en el exterior. Esto suscita muchas interrogantes sobre las intenciones de dichos países», declaró a la AFP el director del periódico Al Watan, cercano al Gobierno, Waddah Abed Rabbo.
Las elecciones presidenciales de 2014 se realizaron únicamente en los territorios controlados por el régimen de Assad y en embajadas de países amigos. Assad resultó reelegido para un tercer mandato de siete años, con 88,7% de los votos.
La oposición y las potencias occidentales calificaron este resultado como «parodia de democracia».
Tras la reunión de Viena, diplomáticos estadounidenses dijeron a la AFP bajo anonimato quehaber incluido a la diáspora en el comunicado constituía «una victoria en su campaña para excluir a Al Assad».