La Conselleria de Educación prevé iniciar una consulta que permitirá a las familias elegir entre valenciano, castellano o un modelo mixto como lengua base en las escuelas de la Comunitat Valenciana. Un proceso que promete modificar el panorama lingüístico de la región.
La Conselleria de Educación de la Comunitat Valenciana ha anunciado que, entre el 26 de noviembre y el 4 de diciembre de 2024, se llevará a cabo una consulta en los centros educativos con un único objetivo: conocer la preferencia de las familias en cuanto a la lengua base de enseñanza. La medida, que involucra tanto a centros públicos como concertados, pretende ofrecer un mayor grado de participación a los padres y madres en la planificación de los programas lingüísticos. Sin embargo, la decisión no estará exenta de polémica, dado el papel que el valenciano y el castellano juegan en el contexto educativo de la región.
Origen y razones de la consulta
La consulta se plantea como una respuesta a las crecientes demandas de flexibilidad y adaptación de los programas educativos a las características específicas de cada zona de la Comunitat. En muchas áreas, los modelos lingüísticos actuales no reflejan de forma adecuada la realidad social de las familias, lo que ha generado tensiones entre quienes defienden una mayor presencia del valenciano y quienes abogan por una mayor inclusión del castellano. Este proceso de consulta, aunque no vinculante, pretende recoger la opinión de las familias y servir de guía para la futura configuración lingüística en las escuelas.
Este tipo de proceso es pionero en la región, y surge de la necesidad de dar una respuesta directa a las preocupaciones sobre el papel que debe desempeñar cada lengua oficial en la educación de los jóvenes valencianos. Las autoridades educativas buscan así encontrar un equilibrio que permita preservar y fomentar el uso del valenciano, sin dejar de atender las demandas de las familias castellanohablantes que quieren mayor presencia del castellano en las aulas.
El marco normativo: La Ley de Plurilingüismo
La Ley de Plurilingüismo, aprobada en 2018, establece un marco donde al menos el 25% del currículo escolar debe ser impartido en valenciano. Este porcentaje, sin embargo, puede adaptarse dependiendo de las características lingüísticas de cada centro y de las demandas de las familias. A través de la consulta, la Conselleria de Educación pretende evaluar en qué medida las familias desean que la enseñanza se mantenga en los parámetros actuales o si prefieren cambios más significativos.
La normativa ha sido vista como un esfuerzo por proteger y promover el uso del valenciano, lengua minoritaria que, aunque cooficial junto al castellano, necesita políticas de apoyo para garantizar su continuidad generacional. La consulta abre la puerta a la posibilidad de que ciertos centros opten por incrementar o reducir la carga del valenciano en favor del castellano o viceversa.
Las tres opciones disponibles
Las familias tendrán la oportunidad de elegir entre tres opciones diferentes: que el valenciano sea la lengua base en la enseñanza, que lo sea el castellano, o un modelo mixto donde ambas lenguas compartan una presencia más equilibrada. Esta última opción, aunque podría parecer la más lógica en términos de igualdad lingüística, ha sido criticada tanto por defensores del valenciano como por quienes abogan por una mayor implantación del castellano.
El modelo mixto implica que ambas lenguas se utilizarían de manera equilibrada en los contenidos curriculares, algo que la Generalitat ya ha implementado parcialmente en algunos centros. Sin embargo, su efectividad y aceptación variará según las regiones, pues en zonas castellanohablantes como Requena o Orihuela la percepción del valenciano sigue siendo más reticente.
Reacciones de los actores educativos
El anuncio de la consulta ha generado reacciones diversas tanto entre las familias como entre el profesorado y las organizaciones vinculadas a la educación. Para muchos padres y madres, especialmente aquellos que viven en zonas predominantemente castellanohablantes, la consulta representa una oportunidad para pedir un ajuste en el uso del valenciano, que consideran excesivo en algunos casos. En estas áreas, la población ha manifestado en repetidas ocasiones su incomodidad con lo que perciben como una imposición de la lengua minoritaria, y ven la consulta como un paso hacia una mayor autonomía de los centros para adaptarse a las realidades locales.
Por otro lado, sectores vinculados a la promoción del valenciano, como la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), han expresado su preocupación. Consideran que la consulta podría ser utilizada como una herramienta para reducir la presencia del valenciano en las aulas, especialmente en áreas castellanohablantes, donde la lengua cooficial enfrenta mayores desafíos. Desde estos sectores, se insiste en la necesidad de garantizar que el valenciano, por su condición de lengua en situación de mayor vulnerabilidad, siga contando con el respaldo necesario para mantener su uso en la educación.
El profesorado también ha mostrado opiniones encontradas. En zonas donde el valenciano goza de una mayor presencia, como en la provincia de Valencia o ciertas comarcas del norte de Alicante, la preocupación se centra en que la consulta pueda generar un retroceso en la política de promoción del valenciano, mientras que en otras zonas se ve como una oportunidad para que las familias se sientan más integradas en las decisiones educativas de sus hijos.
Los posibles efectos sobre el alumnado
La configuración lingüística en las aulas no solo tiene implicaciones culturales, sino también pedagógicas. Numerosos estudios han señalado los beneficios del aprendizaje de una lengua en un entorno inmersivo y de cómo los programas plurilingües bien implementados pueden mejorar el rendimiento académico general de los estudiantes. Sin embargo, la clave radica en cómo se gestionan estas políticas en función del contexto.
Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la Conselleria de Educación es equilibrar la protección del valenciano con la realidad sociolingüística de la Comunitat. Si bien el valenciano debe seguir siendo una prioridad educativa, la diversidad de situaciones en los distintos municipios hace que sea necesario un enfoque flexible. En áreas donde el castellano es mayoritario, es importante que los estudiantes no vean la enseñanza en valenciano como una imposición, sino como una oportunidad para ampliar sus habilidades lingüísticas y culturales.
¿Qué esperar después de la consulta?
Una vez que la consulta se haya celebrado y los resultados sean analizados, la Conselleria de Educación deberá tomar decisiones sobre cómo adaptar los programas lingüísticos en los centros. Aunque los resultados no serán vinculantes, se espera que sirvan de base para futuros ajustes en la aplicación de la Ley de Plurilingüismo, siempre buscando un equilibrio entre las preferencias de las familias y las exigencias educativas.
Este proceso podría sentar un precedente importante para otras comunidades autónomas con una realidad lingüística diversa, como Cataluña o el País Vasco, donde las políticas educativas respecto a las lenguas cooficiales también están en constante revisión.
Reflexión final
La consulta sobre la lengua base en los centros educativos de la Comunitat Valenciana abre una oportunidad única para debatir el futuro de la educación plurilingüe en la región. A través de este proceso, las familias tendrán la oportunidad de influir en un aspecto clave de la educación de sus hijos, pero también plantea interrogantes sobre cómo se gestionarán los resultados y qué efectos tendrá sobre la cohesión social y lingüística en la región.
¿Debería primar la preferencia de las familias en la configuración lingüística, o es necesario mantener una política firme para garantizar la protección del valenciano?