El Valencia CF ha hecho público un comunicado en el que da cuenta del acuerdo alcanzado con el Nápoles de Rafa Benítez para la cesión del futbolista chileno Eduardo Vargas. Dicha cesión tiene vigencia hasta el próximo 30 de junio de 2014, a falta de que el jugador pase la pertinente revisión médica. Vargas, internacional absoluto con Chile, llegará a Valencia el próximo sábado, 25 de enero.
Vargas, uno de los jugadores más emergentes y contrastados del pujante fútbol chileno, ha jugado la última temporada en el fútbol brasileño, en el Gremio de Porto Alegre. Eduardo, nacido en Renca, Santiago de Chile, el 20 de noviembre de 1989, ha disputado 48 partidos en la última campaña, en la que ha marcado 13 goles en todas las competiciones.
Eduardo Vargas viene con la etiqueta de goleador, como lo demuestra el récord que posee con la actual selección de Chile, con la que ha marcado siete goles en seis partidos consecutivos, de los que anotó dos contra España en el amistoso disputado el pasado 2 de septiembre de 2013 en Ginebra.
En declaraciones hechas a la web oficial del Valencia CF, el ya nuevo jugador valencianista se ha mostrado tremendamente “ilusionado de este nuevo reto deportivo en mi carrera profesional. Me siento muy orgulloso de que un club tan importante como el Valencia haya puesto tanto interés en mí, y ahora sólo pienso en devolver esa confianza con un gran rendimiento”.
De Juan Antonio Pizzi, su nuevo entrenador, el internacional chileno afirma “que me han hablado muy bien de su trabajo y que se trata de un técnico muy exigente, que pide mucha intensidad a sus jugadores. Espero aportar esa fuerza en estos meses que voy a estar en Valencia y que, entre todos, podamos lograr los objetivos previstos”.
VLC Noticias | Redacción. Foto: VCF
Es nuestra arma para acabar con la impunidad de los más poderosos.
Te necesitamos a ti también para seguir haciendo un periodismo libre de presiones políticas y económicas
Hay mucho trabajo detrás de una noticia. Contrastar fuentes, redactar, analizar, recabar información… Pero todo esto implica unos costes muy altos, porque aunque parezca una obviedad, hacer buen periodismo, en estos momentos, es complicado.