El pasado Viernes Santo Bulería, la hembra de jirafa de 5 años que llegó a Valencia con fines reproductivos de una de las especies más amenazadas, parió por vez primera. La madre ha rechazado a la cría, comportamiento que puede ocurrir en primerizas, y son sus cuidadores quienes tratan de alimentarla a mano.
Bioparc Valencia alberga el grupo de jirafas más importante de España, con 8 ejemplares, y lidera la reproducción de la especie Giraffa camelopardalis rothschildi, que se encuentra en grave peligro de extinción y con una población silvestre que sigue descendiendo cada año. Esta situación ha motivado que Bioparc realice un gran esfuerzo en la conservación de esta preciosa jirafa también llamada Baringo, participando en el programa europeo de reproducción (EEP).
El macho reproductor de jirafa Baringo Julius, con sus cerca de 6 metros de altura y un imponente porte, domina la pradera que recrea la Sabana de Bioparc Valencia. En este característico recinto multiespecie que alberga además rebaños de distintos antílopes, habita el resto de la manada de jirafas. Che, de 19 años, es la hembra de mayor edad procedente del antiguo zoo de Viveros y sus descendientes son África y Kebo;Zora y Bulería, Baringo puras, llegaron “ex profeso” para salvaguardar la especie y ambas hembras han parido crías por primera vez en el parque valenciano.
La última “buena nueva” llegó el pasado día 18, Viernes Santo, cuando la joven Bulería de 5 años de edad, parió una hembra pero la rechazó desde el primer momento, un comportamiento que ocasionalmente sucede en hembras primerizas. El equipo técnico de Bioparc ya estaba preparado ante esta posibilidad, pues la misma situación ocurrió con Zora, cuando alumbró a la primera jirafa nacida en el parque, el macho Tumai. Posteriormente Zora se ha convertido en una cuidadosa madre y otro de sus hijos, Ramsés de un año y medio de edad, sigue creciendo sano y fuerte.
Desde el primer momento los veterinarios de Bioparc han dispuesto una operativa especial con el objetivo de salvar a la pequeña jirafa. Armados de paciencia y gracias a la experiencia adquirida, preparan 5 biberones “gigantes” al día para alimentarla a mano. Este tipo de nutrición es muy dificultosa pues las crías inicialmente la rechazan, lo que obliga a una titánica lucha por la vida por parte de sus cuidadores. Estos primeros días son cruciales y, aunque ha comenzado a ingerir sustento, su pronóstico es reservado.
Esta subespecie Rothschild o Baringo se distribuye en el norte de Uganda y el sur de Sudán. Su periodo de gestación es de alrededor de 450 días. Suelen ser partos de un único ejemplar y su esperanza de vida: de 10-15 años en la naturaleza y de 20-27 en cautividad.
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