Ante la oleada de asesinatos machistas, las voces expertas piden al entorno de las víctimas que denuncie

Seis mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en solo quince días hacen prever un final de año especialmente trágico en violencia machista. Fiscales y especialistas en defensa de los derechos de las mujeres reclaman la implicación del entorno para denunciar los malos tratos cuando la víctima no se atreve a hacerlo.

Seis mujeres asesinadas en dos semanas por sus parejas o exparejas

En los últimos quince días, seis mujeres han sido asesinadas en España presuntamente a manos de sus parejas o exparejas. Una cifra estremecedora que hace temer un cierre de 2025 con un balance especialmente oscuro en violencia machista.

El último caso se ha producido este sábado en El Viso del Alcor (Sevilla). Jenifer, de 30 años y madre de una niña menor, fue apuñalada por su pareja, que después prendió fuego a la vivienda. No constaban denuncias previas por malos tratos, pero sus amigas reconocen que conocían la situación de violencia y que ella “tenía mucho miedo”.

Cuatro días antes, en Torrijos (Toledo), Rossmery, de 39 años, fue asesinada a puñaladas por su expareja delante de sus dos hijos menores. El pasado 2 de diciembre, en Alicante, Oriana, de 34 años y madre de un niño pequeño, también fue asesinada a manos de su pareja.

Casos que se repiten: de Alicante a Madrid y Málaga

La cadena de crímenes se completa con otros casos recientes en distintos puntos de la geografía española. El 30 de noviembre, en Torrejón de Ardoz (Madrid), Mari Ángeles, de 45 años y madre de dos hijos, fue degollada por su pareja. Estaba registrada en el sistema VioGén, pero en ese momento no constaba riesgo apreciado. En su caso, la denuncia de los malos tratos la había formulado un testigo del entorno, no la propia víctima.

El 26 de noviembre, en Campillos (Málaga), Concha, de 25 años, murió estrangulada presuntamente por su pareja. Pocos días antes, en Rincón de la Victoria (Málaga), fue asesinada Victoria, de 60 años, a manos de su marido, después de que el vecindario avisara al 112 al escuchar gritos y signos evidentes de agresión.

44 mujeres asesinadas en 2025 si se confirman los últimos crímenes

A la espera de que la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género confirme oficialmente los casos de Torrijos y Campillos como asesinatos machistas, el cómputo podría elevarse a 44 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en España en 2025.

Desde que se empezaron a registrar estos crímenes en 2003, la cifra de víctimas mortales por violencia machista asciende ya a 1.339 mujeres, un dato que refleja la persistencia de una violencia estructural que sigue cobrándose vidas a pesar de los avances legislativos y de las campañas de concienciación.

La fiscalía reclama la implicación del entorno: “Hay que denunciar para evitar males mayores”

Desde el ámbito de la defensa de los derechos de las mujeres, las expertas reconocen que cuesta encontrar una explicación clara a este repunte repentino de asesinatos. La fiscal especializada en violencia machista Susana Gisbert admite que en épocas de crisis económica o emocional puede incrementarse la violencia contra las mujeres, pero subraya que esta fase previa a las vacaciones no está especialmente asociada a factores que la disparen.

Gisbert insiste en la necesidad de que la sociedad dé un paso adelante: cuando el entorno conoce un caso de malos tratos o percibe una situación evidente de violencia, debe denunciarlo. “Hay que comunicarlo para evitar males mayores”, recalca. La activación del sistema de protección comienza con una llamada a la policía para informar de lo que está sucediendo.

Denunciar salva vidas: qué puede hacer el entorno

Las especialistas recuerdan que, en muchas ocasiones, las víctimas no denuncian por miedo, por dependencia económica, por la presencia de hijos menores o por presión psicológica. Por eso, el papel del entorno cercano resulta crucial.

No solo amigas y familiares, también vecinas, compañeros de trabajo, profesionales sanitarios o cualquier persona que detecte gritos, amenazas, lesiones o cambios bruscos en el comportamiento puede alertar a los servicios de emergencia o a las fuerzas de seguridad.

Gisbert advierte, asimismo, de que no funcionan las estrategias de presión que consisten en “retirar la palabra” a la mujer porque no deja a su agresor. Este tipo de actitudes, señala, solo aíslan más a la víctima y facilitan el control del maltratador. En lugar de juzgarla, recomiendan ofrecer apoyo, acompañarla si decide denunciar y recordar que nunca es culpable de la violencia que sufre.

Recursos de ayuda ante la violencia machista

Además de la denuncia policial, existen recursos de atención, asesoramiento y emergencia para mujeres víctimas de violencia machista y para su entorno. Teléfonos de atención 24 horas, servicios especializados de las comunidades autónomas, puntos de encuentro, casas de acogida y asistencia jurídica gratuita forman parte de una red que, sin embargo, solo puede activarse si el caso llega hasta las instituciones.

Las expertas insisten en un mensaje clave: ante la sospecha de violencia machista, es preferible llamar y consultar que guardar silencio. La colaboración social es, hoy por hoy, una de las herramientas más importantes para frenar una lacra que sigue dejando huellas irreparables en familias, barrios y comunidades enteras.

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