En 1941, tan sólo dos años después de haber acabado la guerra civil, la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia presentaba el estudio de uno de los proyectos más ambiciosos del transporte urbano: la construcción del que desde el primer momento titularon “Metropolitano de Valencia”, un túnel que conectara las estaciones del Pont de Fusta, y la de Villanueva de Castellón, establecida junto a la zona de Trànsits y la calle de Jesús.
Estudiaban construir un túnel que conectara las estaciones del Pont de Fusta, y la de Villanueva de Castellón

El pretendido recorrido partía desde el subsuelo de la propia Estación Central de Ferrocarriles Económicos de vía estrecha, atravesaba el cauce del río, seguía por la calle de Navellos hasta llegar a los alrededores de la Catedral donde tendría su primera estación. Continuaría por la plaza de la Reina, la entonces titulada plaza del Caudillo, donde se instalaría la segunda estación, llegando a la calle de Xàtiva (tercera estación), siguiendo por el inicio de la avenida de Ramón y Cajal (cuarta estación), avanzando en dirección hacia el camino de Tránsitos hasta llegar a la estación citada de Villanueva de Castellón, más conocida como Estación de Jesús.

Un recorrido de casi cuatro kilómetros, presupuestado en unos dieciocho millones de pesetas. El proyecto inicial, diseñado por el ingeniero Manuel Lamana, se presentó a diferentes organismos oficiales para su aprobación.
“Ni el paso por debajo del Turia, ni tampoco el túnel por el interior de la ciudad, han de ser de difícil ejecución”, decían
En su informe, la CTFV, argumentaba que este enlace subterráneo “se acrecienta en razones de utilidad pública” dado el incremento que estaba experimentando el transporte público. Dicho informe contaba con la opinión de “los técnicos más reputados en esta clase de construcciones”. Se realizaron los primeros sondeos y se descartó que hubieran dificultades y obstáculos superiores a este tipo de obras: “ni el paso por debajo del Turia, ni tampoco el túnel por el interior de la ciudad, han de ser de difícil ejecución”, decían.

A principio de los años 80, se retomó nuevamente la idea de construir un suburbano en la ciudad, propósito ambicioso que tuvo su fruto en octubre de 1988 con la inauguración de la “línea 1” del Metro
El proyecto quedó aparcado hasta que, a principio de los años 80, se retomó nuevamente la idea de construir un suburbano en la ciudad, propósito ambicioso que tuvo su fruto en octubre de 1988 con la inauguración de la “línea 1” del Metro y que convirtió a Valencia en la tercera ciudad española en tener esta modalidad de transporte público.
En julio del 2006 cientos de bocas lanzaron gritos de terror, agonía y desesperación entre amasijos de hierro y vías de sangre. Estación de Jesús, siempre en la memoria.
Nos complace sobremanera la precisión con la que Rafael Solaz relata los aconteceres de la evolución de nuestra ciudad en sus diferentes ámbitos.
Los planos y la gráfica complementan a la perfección lo que fué el Proyecto Inicial del Metro, con las garantías de su ejecución sin dificultades insalvables. Sin embargo, hubo de transcurrir un periodo dilatado de tiempo para llevar a la práctica lo que durante tantos años se estuvo esperando ilusionadamente.
Sin embargo, las expectativas pueden llegar a truncarse y ello fué lo ocurrido cuando el 3 de Julio de 2006 el corazón se nos hizo a todos añicos y, desde entonces, dudo de que seamos capaces ya de recomponerlo.
En el Comentario anterior se ha reflejado “Sin embargo, las expectativas pueden …” cuando en realidad lo que quiso escribirse es lo que sigue : “No obstante, en la vida las expectativas pueden…”
Deciamos ayer…Han pasado setenta y dos años y estamos hablando de lo mismo con alguna pequeña variante: unir la estación del Pont de Fusta con la de Villanueva de Castellón. Viejos proyectos dormidos en el cajón del olvido por la ausencia del vil metal tan necesario para vias y traviesas. Parece que el tiempo ha estado detenido, sin embargo han pasado tantas cosas que siendo todo distinto, no lo parece. Rafael Solaz echa mano de su infinito archivo y nos descubre uno de los tantos proyectos; algunos quizá vean la luz algún día; otros estarán en cualquier cajón en espera de la polilla.