Así lo afirman familiares de los hermanos John y Clarence Anglin, que escaparon de la cárcel de máxima seguridad en 1962 junto a Frank Morris. Investigan si pasaron los últimos años en el país sudamericano
En 11 de junio de 1962, los hermanos John y Clarence Anglin y su compañero de celda Frank Morris huyeron con una balsa improvisada de Alcatraz, la prisión de máxima de seguridad enSan Francisco. Para enmascarar su fuga, los tres internos habían colocado en sus literas cabezas falsas que habían hecho de papel maché y cabello humano de la peluquería de la famosa cárcel. Nunca más fueron vistos desde ese día.
Pese a que sus cuerpos nunca fueron hallados, se creía que se habían ahogado en la fuga.Pero ahora, más de 50 años después, nuevas pistas están siendo presentadas por la familia Anglin.
La evidencia es ofrecida por David y Ken Widner, sobrinos de los fugitivos más conocidos de los EEUU. Afirman que los hermanos sobrevivieron y que aún podrían estar vivos.
Si eso fuera cierto, hoy John y Clarence Anglin tendrían 84 y 83 años. En 2012 el Departamento de Justicia de EEUU publicó las imágenes de cómo los presos pueden verse en la actualidad en edad avanzada.
Se está investigando sobre el paradero de ellos en Brasil, donde pueden haber pasado sus últimos años.
La historia de John y Clarence Anglin es parte del documental “Alcatraz: Búsqueda de la Verdad” de History Channel, que se emitirá el lunes 12 de octubre.
Las primeras pruebas presentadas fueron unas tarjetas de Navidad firmadas con los nombres de Clarence y John Anglin, entregadas a su madre durante los tres años posteriores a la huida.
Aunque la letra pertenecía a los hermanos, los investigadores no pudieron determinar la fecha exacta del material.
En el programa además se ve una foto que muestra que los Anglin podrían haber estado con vida en los años 70′.
La siguiente pista tiene relación con el examen de ADN. La familia finalmente dejó a los investigadores exhumar los restos de otro hermano de los Anglin, Alfred, quien murió electrocutado durante su intento de fuga de una prisión de Alabama. Las autoridades necesitaban su ADN para comparar el de los huesos hallados cerca de la orilla de San Francisco en 1963, que podían pertenecer a los fugados. Sin embargo, el ADN dio negativo.
Las evidencias revivieron el caso. “Esto es absolutamente la mejor pista que hemos tenido”, dijo Art Roderick, el agente retirado que fue el investigador principal del caso durante 20 años, aThe New Post.
Los tres convictos fueran las únicas personas en escapar con éxito de la isla, de los 36 que lo intentaron.