Alex Sebastián. Crítico de Cine
Un porcentaje muy alto de los espectadores del cine son adolescentes y jóvenes.
Es natural que la industria cinematográfica tenga el ojo puesto en ellos, en sus gustos y sus preferencias.
Y todavía ahora más donde el mundo de la imagen es una de las ocupaciones más preferidas por ellos.
La industria del cine en los últimos años ha complacido a los espectadores juveniles dándoles más de lo mismo: mucha farfolla, mal gusto, basura y almibaramiento. Un cine de humor deleznable cuando no repulsivo o de sentimentalismo barato. Y sus protagonistas, los jovencitos/as, verdaderos descerebrados.
De ahí que algunos cineastas más inteligentes estén intentando una vuelta al cine juvenil que se hacía en los años ochenta y –todo hay que decirlo- la crítica oficial vapuleó en su tiempo. Peo son títulos que permanecen: La princesa prometida, Lady halcón, Los gremlins, Los goonies, Regreso al futuro, Stand by me-Cuenta conmigo. Un cine que se alejaba de la influencia de la productora Disney, aunque caía más bien en la esfera de Spielberg.
La historia que nos narra la película “Attack the block” que hoy nos ocupa es la de una pandilla de adolescentes que se enfrenta a una invasión de salvajes alienígenas, convirtiendo una zona marginal de Londres en una zona de guerra. De la noche a la mañana, un bloque de pisos se convierte en una fortaleza sitiada y un grupo de adolescentes de la calle en héroes. El enfrentamiento entre el gueto y el espacio exterior está servido. La historia comienza cuando Sam, una estudiante de enfermería, es asaltada de camino a casa por una banda de adolescentes enmascarados y encapuchados. La caída de un meteorito y el ataque de una extraña criatura distraerán a los jóvenes y permitirá escapar a Sam. Tras matar a la criatura, los chicos arrastran su cadáver hasta la parte superior del bloque, zona que ellos consideran su territorio. Mientras Sam y la policía tratan de localizar a la banda, cae una segunda oleada de meteoritos. Confiados en la victoria, ante lo que ingenuamente consideran un débil invasor, los chicos se hacen con armas, bicis y motocicletas para defender su territorio. Pero ahora las criaturas son mucho más grandes, salvajes y peligrosas; llegan decididas a vengar la muerte de su compañero y nada se interpondrá en su camino.
Por su argumento vemos, naturalmente, que no se puede retornar al status a las situaciones “inocentes” filmadas en las viejas cintas. Si en “Gremlins” o en “Los goonis” los muchachos se enfrentaban a unos muñequitos tiernos y siniestros a la vez o a una familia mafiosa peros disparatada, y lo hacían por salvar a su familia o por fidelidad a sus amigos, aquí, el oponente es más externo y peligroso y sus manifestaciones más horripilantes y sanguinolentas. Pero se ha recuperado el perfilamiento de los personajes, que ahora parecen con textura y alma propias. Sin embargo, éstos carecen de referencias éticas. La pandilla de ”Attack the block” se dedica tanto a comerciar con droga como a asaltar y robar a los despistados. Todo se torna en un puro juego, a veces algo acongojante, pero que convierte a la película en un relato muy fresco, que en ningún momento se toma en serio a sí misma.
La baja extracción social de los protagonistas, los barrios suburbiales en los que viven, las actividades poco correctas a las que se dedican dan un cierto fuste social el filme que incluso acaricia metáforas y símbolos que quieren denunciar y criticar algunas de las lacras sociales. Sin embargo, estas intenciones se desgastan en transformarse en vehículo de mero entretenimiento.
VLC/Ciudad. Alex Sebastián