El Péndulo | Jimmy Entraigües.- A lo largo de los últimos diez años los Talleres Literarios ‘Luna de Papel’, dirigidos por Aurora Luna y pioneros en Valencia, no sólo han consolidado su presencia en el panorama de la enseñanza de la escritura creativa de nuestra ciudad sino que, gracias a su colaboración con el programa de liberación de talentos y las cadenas de lectura y escritura de “Libro, vuela libre”, también han contribuido a dar a conocer e impulsar multitud de voces narrativas.
Al margen de los numerosos encuentros y actividades culturales complementarias que desde hace unos años comparten los talleres de escritura creativa de Luna con la iniciativa “Libro, vuela libre”, esta autora, responsable cultural, investigadora de estrategias de aprendizaje creativo y coach literario viene ofreciendo desde 2006, a los alumnos de sus seminarios y talleres literarios en Valencia, una variada y numerosa gama de actividades, contenidos, niveles y horarios para que todos los interesados en la creación literaria puedan elegir la mejor opción para disfrutar de la palabra y desarrollar su talento.
Un profundo respeto a los principios del aprendizaje creativo y a la naturaleza creadora de los integrantes de sus talleres, grandes dosis de motivación y amor por su trabajo y toda una década de experiencias e interacción con los alumnos son, según la actual directora de los talleres literarios adscritos a “Libro, vuela libre”, los responsables de que año tras año se haya ido incrementando el número de participantes y perfeccionando su método.
El Péndulo: ¿Qué perfil tienen las personas que asisten a unos talleres de escritura creativa como los que dirige?
Aurora Luna: Pues el perfil ha sido, incluso cuando mis seminarios han formado parte de algún proyecto solidario, muy variado. En estos talleres ha participado siempre gente con edades, procedencias, trayectorias vitales y experiencias previas con la lectura y la escritura muy diversas. Han coincidido hermosamente personas muy jóvenes y personas muy experimentadas; simpatizantes de numerosos ámbitos literarios; hombres y mujeres que ya venían con un recorrido en la escritura, que ya tenían obra escrita, publicada o incluso que habían disfrutado de algún premio o éxito editorial y personas que, por el contrario, eran totalmente vírgenes en estos campos y se enfrentaban por primera vez a la aventura de escribir con pasos vacilantes y una admirable ilusión. Pero todas estas personas han tenido siempre algo en común, todas han compartido el único requisito que es imprescindible para obtener plaza en estos talleres y formar parte de su liberación de talentos: un fuerte deseo de escribir, aunque no se haya materializado en una publicación o en un proyecto literario hasta el momento de ingresar en alguno de los programas de escritura creativa de “Libro, vuela libre”.
E.P.: Cada vez son más las personas que participan en talleres literarios, ¿la escritura creativa tiene su puntito de enganche?
A.L.: Creo firmemente que la palabra es una gran herramienta de transformación y que quien la toca no sale indemne. Cualquier disciplina artística en general nos invita a profundizar en nuestras emociones, a indagar en el mundo que nos rodea y nuestra propia existencia, a considerar diversos puntos de vista, a crear con nuestra imaginación alternativas para lo que no nos gusta…; las actividades artísticas nos ayudan a adquirir matices, a ampliar nuestra sensibilidad y nuestros horizontes mentales, a comunicarnos y expresarnos, o a entrar en contacto con nuestra parte más lúdica y proclive al asombro, con nuestra parte de niño. Pero el potencial creativo y las búsquedas con las que nos conecta la creación literaria son realmente enormes, porque la literatura es una perfecta metáfora de la vida y podemos ir a mucha profundidad en nuestro conocimiento sobre la naturaleza humana a través de la creación de historias o de personajes. Además se producen ricas interacciones en grupos de personas unidas por una misma pasión, y los talleres literarios invitan a compartir y a crear un hábito de escritura. Por todo ello creo que mucha gente se engancha a esta actividad y la incorpora por largo tiempo a sus vidas.
(Foto-Karina Vagradova).
E.P.: ¿Y a qué crees que es debido que muchos alumnos repitan su experiencia en los talleres de escritura creativa de “Libro, vuela libre”?
A.L.: El hecho de que tantos elijan para repetir los nuestros tiene que ver con su afinidad con el método y con el ambiente creativo que se genera en ellos. Ningún escritor en formación es igual y tampoco lo es ningún docente ni ningún método, y llegados a este punto lo mejor es ser lo más auténtico que se pueda.
Yo, desde luego, no he hecho nunca nada en lo que no creyera y, cuando he sentido la menor duda al respecto, he dejado pronto de hacerlo. También procuro rodearme únicamente de personas en las que tengo fe. En la vida puedes ser diplomático y combinar el pragmatismo con los sueños y la visión, pero es siempre un mal negocio no ser fiel a ti mismo y vincularte a personas, instituciones o acciones que de antemano sabes que son incompatibles con aquello en lo que crees. Pienso que también es un error bastante extendido en muchos ámbitos de nuestra sociedad caer en la tentación de estar demasiado pendiente de lo que hacen otros o pedir demasiados permisos en vez de confiar en tu propia experiencia y tu intuición. En resumen es un mal trato contigo mismo aceptar ser una copia o una proyección ajena en vez de un original, aunque ese original esté, como la propia vida, en continua transformación. Las copias, además de estar condenadas a acabar sintiendo una enorme pereza, siempre lo están a llevar el paso retrasado; y algo alejado de su esencia no suele alcanzar consistencia y se diluye pronto. Y estos principios, desde mi humilde punto de vista, son básicos para cualquier proyecto cultural, empresarial, vital o literario de nuestro tiempo, en el que los cambios se suceden a un ritmo vertiginoso y en el que, entre tanto “maremágnum”, son tan importantes la pasión y la capacidad de transformación e innovación. Son principios y valores además que afortunadamente comparten el resto de responsables y colaboradores de “Libro, vuela libre”, y que también se transmiten a los alumnos, hombres y mujeres de nuestra época, a través de su experiencia en nuestros talleres y encuentros literarios.
E.P.: Oído lo oído, ¿tienen los talleres que diriges un fuerte componente humanístico?
A.L.: Por supuesto, de hecho no concibo ni he concebido nunca una enseñanza artística o creativa sin ese componente humanístico, porque una disciplina artística siempre nos invita a tejer muchas conexiones entre la sensibilidad y el pensamiento, y siempre nos impulsa a bucear y a tocar muchas cuerdas del misterio humano, tanto vertical como transversalmente. Por si fuera poco el creador, además de ser un buscador de forma natural, tiene la posibilidad de dar testimonio de su tiempo y de contribuir a sus pequeñas o grandes transformaciones. Para que aquello que nos duele se transforme, primero hemos de ser capaces de transformarnos nosotros, y en todo acto creativo debe haber una profunda libertad y responsabilidad.
E.P.: ¿Cuál será la naturaleza de las acciones que emprendan los talleres literarios adscritos a “Libro, vuela libre” a partir de este año, cuando se cumple ya una década desde que comenzaste a impartir tus primeros seminarios y talleres de escritura creativa en Valencia?
A.L.: A lo largo de los últimos años tanto los talleres y seminarios que dirijo, como la hermosa iniciativa a la que están adscritos, han crecido en número de participantes y voluntarios y esto ha abierto el abanico de posibilidades que se le puede ofrecer a un escritor en formación. En la temporada que empieza ahora se incrementará el número de eventos y actividades literarias con los que siempre nos gusta complementar su trayecto en nuestras cadenas de lectura y escritura; y, desde luego, se mantendrá aquello en lo que venimos creyendo todo este tiempo. Para nosotros es muy importante, por ejemplo, que se cuide tanto del proceso de toma de consciencia técnica como de la capacidad para imaginar de un escritor. Es por ello que siempre combinamos, en la parte teórica y en la parte práctica de los talleres o seminarios, el conocimiento de las herramientas literarias para tener más poder sobre la obra con los recursos para la creatividad que alimentan la originalidad y la capacidad para realizar conexiones nuevas que siempre deben acompañar a un creador. Eso es básico, y también que las dinámicas de grupo se realicen en un ambiente verdaderamente creativo, en el que prevalezcan la apertura, la espontaneidad, la curiosidad, la pasión por escribir y la motivación frente al miedo al error o la supeditación a un enseñante o figura de autoridad que, lamentablemente, han venido cultivando y potenciando métodos de enseñanza-aprendizaje de los que todos tenemos conocimiento y que cada vez están más obsoletos. No utilizamos la palabra creatividad en vano, ni como un mero elemento de marketing que parece estar muy de moda en nuestros días. Todas las personas implicadas en la iniciativa “Libro, vuela libre” y en los talleres, clases magistrales y encuentros literarios vinculados a ella creen profundamente en el inmenso potencial creativo que tiene el ser humano y valoran de forma real la diversidad. Por eso, junto a las nuevas acciones a favor de la lectura y la escritura creativa que desarrollaremos el próximo año, se encontrará otra vez la publicación de la antología “Cada mirada es única”, que siempre cierra nuestro programa anual de talentos y que trata, desde ese hondo respeto a la diversidad y a la capacidad de crear que tienen las personas, de impulsar voces nuevas dentro del panorama literario. Pero ahora mismo estamos ya inmersos en la segunda fase de la liberación de talentos de este año, que no sería posible sin la colaboración de personas y equipos como el de las comunidades literarias de Valencia Espaciocrea o de vuestro diario, Valencia Noticias, que día a día hace un gran esfuerzo por la cultura, o sin el número de voluntarios y simpatizantes con el que cuenta en estos momentos “Libro, vuela libre” o sin el esfuerzo, la autenticidad y la ilusión de todos los talentos que han participado en ella.
E.P.: Y para terminar, ¿qué le aconsejarías a tus alumnos, tanto a los que están a punto de protagonizar la segunda fase de la liberación de talentos de este año como a los que están cursando en este momento tu programa o van a ingresar en él y a formar parte de los talleres y de las cadenas literarias de “Libro, vuela libre” más adelante?
A.L.: Que lean y escriban todo lo que puedan, que mantengan su autenticidad y su fe en sí mismos y, por supuesto, que disfruten a cada paso de su vinculación con la palabra. También que no dejen de explorar, y que conserven su mirada de asombro y su valentía para salir de las zonas de confort y crecer. Y, sobre todo, que nunca hagan nada en esta vida por las razones equivocadas, ellos ya me entienden… o me entenderán. Guardo un profundo afecto por la gran mayoría de alumnos o escritores en formación que han pasado por los talleres y estoy muy orgullosa de ellos. En las dinámicas de las sesiones se genera una energía muy especial, y yo he tenido y tengo la suerte de ser elemento catalizador y testigo, a diario, del gran potencial creativo y la sensibilidad de muchas personas que, con su ejemplo, también corroboran lo que he dicho antes: que ser creativo es ser uno mismo, y que creer realmente en lo que haces y en lo que escoges, y por lo tanto estar en mejores condiciones de disfrutarlo y perseverar, es básico para que las cosas vayan bien… Desde aquí les envío un saludo cariñoso a todos ellos.
E.P.: Seguro que les gustará, Aurora. Gracias por la entrevista y que sigan creciendo esas cadenas de lectura y la escritura creativa de “Libro, vuela libre”.
A.L.: Gracias a vosotros por el esfuerzo que siempre hacéis por la cultura, y por vuestra sensibilidad y apoyo a esta iniciativa.