Miguel Bailach, diputado de Juventud y Deportes y alcalde Massamagrell, cuenta a los lectores de nuestro diario, un proyecto singular, como es el Curso Itinerante de Iniciación al Ajedrez –que ya ha llegado a Massamagrell-, a través del cual la Diputación de Valencia, con la colaboración de la Federación de Ajedrez de la Comunidad Valenciana, acerca la docencia en ajedrez a quince municipios de la provincia.
Pregunta.- Nos consta que la Diputación retoma un proyecto que en su momento tuvo una gran aceptación, como es esta Escuela Itinerante de Ajedrez. ¿Qué objetivos persiguen con esta iniciativa?
Pretendemos dar a conocer el juego, el deporte del ajedrez, por diferentes municipios de la provincia de Valencia (en esta edición van a ser 15), entre los más jóvenes, chavales que tengan entre los 6 y los 12 años. Es una iniciativa que está teniendo una gran aceptación, no en vano es un juego, el ajedrez, cuya práctica implica utilizar el cerebro, algo muy recomendable en escolares.
P.- En su opinión, ¿qué valores inculca la práctica del ajedrez a los niños y jóvenes?
Los valores que se inculcan con el ajedrez son fundamentalmente la disciplina, el orden; conocer las normas y llevarlas a cabo; desarrollar estrategias, ser capaz de anticiparse al oponente, e inferir de él qué posibilidades tiene de atacar en el juego o de responder ante los estímulos que le plantea el rival.
P.- ¿Puede indicarnos si es posible que otros municipios puedan adherirse en futuras ediciones?
Ya vimos que son 15 municipios (Alfafar,Alcàsser, Algemesí, Benetússer,Catarroja, Massamagrell, Paiporta, Puçol, Canet d’en Berenguer, Tavernes Blanques, Moixent, Montesa, Genovés, Llosa de Ranes y Vallada) los que se han sumado a este proyecto y en un futuro si la respuesta es buena y sigue siendo interesante para los municipios el año que viene serán otros tantos los que podrán beneficiarse de las clases.
P.- ¿Cuál es el papel de la Diputación en el proyecto, en cuanto a aportaciones e involucración?
La Diputación ha firmado un Convenio singular con la Federación de Ajedrez por valor de unos 15.000€ aproximadamente, y aporta todo el material para jugar, fichas didácticas y cuadernillo para la docencia, y la federación a cambio desarrolla esta actividad, a través de profesionales o profesores a los diferentes municipios, los cuales tienen que aportar un espacio y publicitar la actividad deportiva, que, por lo tanto, no tiene otro coste económico para el municipio.
P.- El curso, según nos consta, tiene como corolario una jornada final en Valencia, en la plaza de Manises. ¿Nos puede adelantar el contenido de este día festivo para el ajedrez valenciano?
Lo que pretendemos es que los chavales vean que no están solos, que hay muchos más niños o jóvenes practicando el ajedrez y, por ello, la idea es reunir a todos estos jóvenes en un encuentro final en la plaza de Manises, frente a la Diputación de Valencia, probablemente un sábado por la mañana después de fallas; un digno colofón a la escuela itinerante será encontrarse todos juntos, disfrutando también de una partida simultánea con profesionales del mundo del ajedrez. El mismo día se hará entrega de diplomas y medallas a los alumnos, así como una placa de agradecimiento a los representantes municipales.
En este proyecto trabajan de forma estrecha con la Federación de Ajedrez de la Comunidad Valenciana, presidida por Francisco Cuevas. Desde la Diputación, ¿tienen otras líneas de trabajo en común con la FACV?
Es una primera línea de actuación en pro del ajedrez; después de 10 años se reinicia el proyecto. La idea es consolidar la iniciativa, y en función de cómo evolucione esta edición, continuar con la escuela itinerante de ajedrez. Estamos abiertos a estudiar otras iniciativas.
Por último, le dejamos que realice usted la última jugada: dénos una razón, de carácter personal, para la práctica del ajedrez.
Considero que ejercitar el cerebro, a través del ajedrez, es un complemento ideal de la práctica de deportes físicos, que tanto gustan a los jóvenes. Está muy bien que se pueda desarrollar la mente, con el ajedrez, en edades tan tempranas, como son los niños de 6 a 16 años.