El Péndulo | Redacción.- Considerado actualmente como uno de los grandes compositores del Siglo de Oro Español, Cristóbal de Morales representa, junto a Tomás Luis de Victoria y Francisco Guerrero, uno de los principales compositores de la escuela polifonista hispana. Sus Lamentaciones, publicadas con posterioridad a su muerte, fueron significativamente adulteradas debido a la normativa litúrgica de Pío V. Ahora, y tras varios intentos del sector musicológico, Capella de Minsitrers interpreta el “corpus” completo de las lamentaciones de Morales bajo criterios históricamente documentados.
La formación que interpretará estas ‘Lamentaciones’ estará compuesta por los cantantes Pilar Esteban, Myiriam Arnouk, Jesús Navarro, Jaime Flors, Ariel Hernández y Giorgio Celenza y los músicos Carles Magraner, Jordi Comellas, Lixsaina Fernández, Leonardo Luckert y Robert Cases.
El género conocido como ‘Lamentaciones’ es una de los últimos textos litúrgicos a los que se puso música. Cuando las misas, motetes y otras composiciones pertenecientes a la liturgia ya contaban en el siglo XVI, con una larga tradición en el mundo de la composición, las Lamentaciones de Jeremías se incorporaban como novedad al repertorio sacro de la Europa del Renacimiento. Aun siendo una novedad, los más insignes compositores desde el siglo XVI comenzaron a levantar sobre el texto de Jeremías algunos de los más importantes monumentos sonoros. Todas conformaron auténticas colecciones de piezas musicales de una belleza extraordinaria, sólo comparable a la misma naturaleza poética de los textos bíblicos sobre los que se basan. Músicas que, en los días centrales de la Semana de Pasión llenaron de lamentos, de música y poesía los templos de toda Europa.
La estructura del libro de las Lamentaciones es de cinco capítulos o cantos, siendo la última una de las más hermosas en cuanto a la poesía: es la oración del sacerdote Jeremías (Incipit Oratio). Todas poseen un tremendo tono desgarrador en el que se adivina la destrucción de un reino ejemplificado a través de la destrucción de la ciudad. Quizá lo más interesante y “mágico” es que la totalidad de las lamentaciones están construidas conformando un acróstico, es decir, que las primeras letras, medias o las últimas forman una palabra u oración que a su vez son las que encabezan cada pasaje.
La música construida en torno a los lamentos de Jeremías se interpretaba con exclusividad los Jueves, Viernes y Sábado Santos. Era una música reservada para su interpretación durante los días claves de la Semana Santa.
Las compuestas por Cristóbal de Morales muestran una estructura similar a las de Tomás Luis de Victoria, lo que nos permite afirmar la temprana consolidación del género en la primera mitad del siglo XVI. Básicamente siguen las fórmulas salmódicas en los que se refiere a los esquemas tonales. Las Lamentaciones de Morales conservadas en Toledo están basadas en un cantus firmus, que camina de forma independiente del resto de las voces en el sentido de que éstos rara vez toman de aquél algún motivo temático. El uso del cantus firmus sigue en cierto sentido la tradición compositiva hispana y más concretamente la toledana. No en vano, en las Lamentaciones los melismas gregorianos estuvieron muy presentes. Podríamos incluso señalar que fueron respetados (incluso en los siglos XVII-XVIII) por la práctica totalidad de los maestros compositores.