(Ginebra, Suiza/ACNUR/UNHCR) El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados advirtió el pasado martes de que el déficit de financiación, que asciende a 58,45 millones de dólares, sumado al fuerte crecimiento que ha experimentado este año el número de desplazados internos, podría dejar a un millón de sirios e iraquíes sin la ayuda necesaria para protegerse de los rigores del invierno.
“La falta de financiación afecta a nuestros programas de preparación para el invierno, aunque ya hemos invertido 154 millones de dólares en ayuda para que los refugiados y desplazados internos de Siria e Irak puedan hacer frente al invierno, y eso significa que ACNUR tiene que adoptar decisiones difíciles a la hora de asignar prioridades”, dijo en Ginebra Melissa Fleming, portavoz de la organización.
“Entre los factores que tenemos en cuenta cabe señalar el aumento de los asentamientos de refugiados, la composición de la unidad familiar (por ejemplo, el número de niños y hogares encabezados por mujeres), los problemas de salud de las familias, los nuevos refugiados, los recursos disponibles para las familias, las condiciones de los refugios y otras consideraciones. No obstante en los casos en los que no se puedan establecer prioridades, las condiciones para los refugiados podrían ser muy difíciles”, añadió.
“Mi deseo sería prestar asistencia a todos los que la necesitan y ofrecer más ayuda a todos. Pero la realidad es que la población ha seguido huyendo y, en 2014, el número de desplazados ha aumentado a un ritmo muy rápido, mientras que la financiación sigue llegándonos lentamente”, explicó Amin Awad, director de la Oficina de ACNUR para Oriente Medio y Norte de África.
Si bien el problema es más grave en Irak y en Siria, también hay necesidades en otros países de la región. Para numerosos refugiados sirios este será el cuarto invierno que pasan fuera de sus hogares y el primero para los 1,9 millones de iraquíes que este año se han convertido en desplazados internos.
En la región del Kurdistán, en el norte de Irak, el invierno ya ha llegado a la provincia de Dohuk. En diciembre las temperaturas oscilan entre los 5 grados en las zonas más cálidas y los -16 grados en las zonas montañosas.
“Proteger a las personas del frío cuesta dinero. Según las últimas estimaciones, sólo el programa de ACNUR necesita como mínimo 58,45 millones de dólares para socorrer a unas 990.000 personas, principalmente los nuevos desplazados internos iraquíes y sirios (incluido un déficit de 27,4 millones para los desplazados internos en Siria y de 25 millones para los desplazados internos en Irak)”, dijo Melissa Fleming.
En Irak, las necesidades son masivas pero la financiación no ha aumentado al mismo ritmo que los nuevos desplazamientos. Con 1,9 millones de desplazados internos y 225.000 refugiados (más los 300 o 500 que llegan diariamente al norte de Irak procedentes de la ciudad fronteriza siria de Kobane), la capacidad de la comunidad internacional para responder a las necesidades urgentes durante el invierno constituye un grave motivo de preocupación para ACNUR.
Aproximadamente unas 800.000 personas necesitan un lugar para refugiarse, mientras que 940.000 carecen de enseres domésticos básicos. Con los fondos disponibles actualmente, ACNUR estima que solo podrá prestar asistencia durante el invierno a 240.000 desplazados en lugar de los 600.000 previstos en el marco de una iniciativa interinstitucional.
Los nuevos y múltiples desplazamientos en Siria, las personas tienen que desplazarse varias veces por el interior del país en busca de seguridad, han provocado un aumento de la necesidad de ayuda para hacer frente al invierno. En este país, en el marco de una iniciativa interinstitucional, ACNUR se está centrando en suministrar artículos de socorro, como mantas térmicas, ropa de abrigo o revestimientos de plástico más resistentes, y en reforzar los refugios colectivos y privados que actualmente acogen a miles de familias desplazadas.
Las zonas prioritarias para la distribución de los artículos mencionados se encuentran en Alepo y en las partes septentrionales del país, que son las más frías. ACNUR había previsto socorrer a 1,4 millones de personas durante el invierno, pero sólo dispone de fondos para suministrar paquetes de ayuda humanitaria a 620.000 personas durante el mes de diciembre.
Mientras tanto, en el Líbano, según las estimaciones de ACNUR y sus socios, unas 132.000 familias de refugiados (660.000 personas) necesitarán ayuda durante el invierno para protegerse del frío y la humedad. Proporcionar asistencia es particularmente complicado, dado que los refugiados se hallan dispersos por 1.700 localidades en todo el país.
Se otorga preferencia a los refugiados vulnerables que viven en regiones más altas y frías. El programa de invierno de ACNUR, cuya cuantía asciende a 42 millones de dólares, comprende diversas actividades y suministros de socorro, como por ejemplo, sellar los refugios que no cumplan los requisitos mínimos de habitabilidad para protegerlos contra los elementos y proporcionar mantas térmicas, estufas, vales de combustible y dinero en efectivo para adquirir combustible y otros artículos que necesitan los refugiados para protegerse del frío.
Este invierno, ACNUR tiene previsto suministrar kits de impermeabilización a unas 37.200 familias (186.000 personas) alojadas en viviendas que no cumplen los requisitos mínimos de habitabilidad y en asentamientos informales improvisados. También se proporcionarán vales mensuales por un importe de 100 dólares a 34.000 familias vulnerables que viven en zonas situadas a una altitud superior a 1.000 metros. El programa también pretende suministrar mantas a 84.000 familias (420.000 personas), así como estufas a 18.000 familias (90.000 personas) que viven en zonas situadas a una altitud superior a 900 metros.
Mientras tanto, en Jordania, el programa de invierno de ACNUR, cuyo importe asciende a 16,5 millones de dólares y está dirigido a unos 240.600 refugiados, necesita otros 5,5 millones, principalmente para proporcionar asistencia en efectivo durante los meses de enero y febrero de 2015 a unas 55.000 personas.
El programa consta de cuatro componentes principales: ayudas complementarias en efectivo para los sirios que viven en zonas urbanas; acondicionamiento de los campamentos para el invierno; ayuda económica a los refugiados no sirios; y reservas de emergencia para los nuevos refugiados procedentes de Irak.
En los campamentos de Azraq y Za’atari, entre las distintas actividades cabe señalar la instalación de suelos de hormigón en 6.480 refugios en Azraq, la distribución de 10.000 revestimientos de plástico para reforzar el aislamiento en Za’atari, el suministro de 50.000 mantas térmicas en ambos campamentos y la distribución de 4.000 estufas de gas y bombonas de repuesto.
En las zonas urbanas está previsto proporcionar asistencia en efectivo por un importe de 360 dólares por familia a 27.800 de las familias sirias más vulnerables, para que puedan cubrir sus necesidades durante el invierno, pero sólo se ha recibido el 50% de los 10 millones necesarios. También en las zonas urbanas, 2.200 familias vulnerables de otras nacionalidades (en particular de Irak pero también de Somalia y Sudán) que ya reciben una ayuda mensual en efectivo obtendrán 360 dólares más para cubrir sus necesidades durante el invierno.
Casi toda la población de refugiados de Egipto vive en zonas urbanas. Las iniciativas de preparación para el invierno en Egipto se centrarán en la asistencia en efectivo y el suministro de productos básicos de origen local. Desde primeros de noviembre, ACNUR ha empezado a recibir llamadas de refugiados pidiendo ayuda para adquirir ropa de abrigo y mantas para sus hijos. Aproximadamente 56.000 refugiados sirios en total (un 40% de la población registrada) necesita esa ayuda.
Debido a la falta de financiación, ACNUR sólo podrá socorrer a 38.000 personas entre los refugiados más vulnerables, un 60% de los que necesitan asistencia para prepararse para el invierno. Cada uno de los refugiados recibirá 28 dólares con un límite máximo de 168 dólares para las familias con seis o más miembros.
En Turquía, ACNUR está proporcionando ayuda para hacer frente al invierno a los refugiados que viven en campamentos y los refugiados vulnerables que viven fuera de los mismos. La organización prestará asistencia para hacer frente al invierno a todos los refugiados sirios que viven en campamentos en Turquía, que son unas 220.000 personas. Esta asistencia consistirá en dos mantas térmicas por persona, tres esterillas de plástico por familia, anoraks y ropa interior térmica. ACNUR también ayudará a prepararse para el invierno a unas 120.000 personas entre los refugiados sirios más vulnerables que viven fuera de los campamentos.
VLCNoticias|Redacción