Una investigación reciente realizada por científicos chinos sugiere la existencia de características lunares que no coinciden con la información obtenida de las misiones de exploración lunar llevadas a cabo por Estados Unidos en las décadas de 1960 y 1970.
La reciente crítica de científicos chinos a la exploración lunar histórica de Estados Unidos refleja una intensificación en la rivalidad espacial entre ambas potencias, combinando hallazgos técnicos con narrativas geopolíticas. A continuación, se desglosan los aspectos clave de esta controversia:
1. Críticas técnicas al programa lunar estadounidense
Investigadores chinos han señalado discrepancias en datos lunares, sugiriendo que algunas características geológicas no coinciden con los registros de las misiones Apolo (1960-1970). Estas afirmaciones aparecen en un contexto donde China cuestiona también diseños actuales de la NASA, como el reactor nuclear FSP, al que acusan de:
Combustible ineficiente (barras cilíndricas de uranio que requieren blindaje pesado) 17.
Vida útil limitada (8 años por expansión del material radiactivo) 27.
Sistemas de seguridad obsoletos 7.
Sin embargo, estas críticas contrastan con las imágenes de sondas chinas (Chang’e-1 y 2) que, aunque con resolución limitada, corroboran la presencia de restos de las misiones Apolo en la Luna 9.
2. Desinformación y teorías conspirativas
La misión Chang’e-6 (2024) reavivó teorías que niegan los alunizajes estadounidenses, difundidas en redes chinas como Weibo. Ejemplos incluyen:
Comparaciones manipuladas de fotos (banderas “ondeando” en el vacío lunar) 4.
Afirmaciones sin base de que EE.UU. “filmó en un estudio” 4.
Expertos como Saadia Pekkanen (Universidad de Washington) vinculan esta ola a una “inseguridad geopolítica” china, donde la desinformación sirve para minar la credibilidad de EE.UU. 4.
3. Avances técnicos chinos vs. competencia
China no solo critica, sino que propone alternativas, como su reactor lunar mejorado, con:
Barras de combustible anulares y refrigerante de metal líquido (NaK-78) 17.
75% más eficiencia que el modelo de la NASA 2.
Menor dependencia de uranio (18.5 kg vs. 70 kg) 7.
Estos avances apoyan sus ambiciones para la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS), prevista para 2036 5.
4. Contexto geopolítico
China enfatiza cooperación internacional en su ILRS, invitando a 50 países 5.
EE.UU. acusa a China de usar su programa espacial con fines militares 4.
La prensa estatal china (ej. Global Times) contrasta su “apertura” con el “aislamiento” estadounidense 4.


Conclusión
Las críticas chinas mezclan validaciones técnicas (ej. reactor mejorado) con narrativas políticas, aprovechando lagunas históricas para posicionarse como líder espacial. Mientras sus sondas confirman indirectamente los logros de la NASA 9, la desinformación persiste como herramienta en una carrera donde la ciencia y la diplomacia chocan. La comunidad científica internacional deberá discernir entre críticas constructivas y propaganda.