El explosivo color de los bosques, la abundancia de setas, la vendimia y las castañas, las aves surcando los cielos en busca de lugares más cálidos y la berrea de los ciervos… en fin un amplio abanico de alicientes que invitan a realizar rutas y excursiones para conocer mejor el entorno y aprovechar los últimos coletazos de buen tiempo.
1-Ruta del Vino. Rioja y Rioja alavesa. Con vendimia empezada y los viñedos de un rojo encendido, el itinerario por esta reputada región vinícola de España se convierte en un auténtico festival para la vista y el paladar. El circuito parte de Haro, una de las más importantes localidades de la Rioja en lo que a vino se refiere, y sigue hacia Briones, con sus calles empedradas y sus casas solariegas, para luego dirigirse hacia Laguardia y Elciego en la Rioja alavesa. Durante el camino jalonado de grandes y pequeñas bodegas merece la pena ir deteniéndose en ellas para conocer lo mejor del mundo del vino y catar sus caldos.
2-El paso de las grullas de Gallocanta. Aragón. La laguna de Gallocanta es un lugar clave en la migración de estas aves que cada año surcan el cielo y se detienen en este paisaje de belleza irreal. A partir del mes de octubre más de 40.000 grullas procedentes del norte de Europa hacen parada aquí en su viaje hacia el sur de España y el continente africano en busca de temperaturas más cálidas. El batir de sus alas llena el silencioso entorno y a la salida y a la puesta de sol, cuando las aves regresan a los dormideros, sus siluetas se recortan en el cielo y la laguna se convierte en un gran espectáculo.
3-Tras la berrea en Cabañeros. Castilla-La Mancha. Cualquier época del año es buena para visitar el Parque Nacional de Cabañeros con una extensión de casi 45.000 hectáreas, poblado por águilas imperiales y buitres negros y con una gran diversidad de ecosistemas. Sin embargo, otoño presenta un nuevo aliciente, es el momento del apareamiento de los ciervos y estos se expresan con sonoros berridos y luchas de cornamentas. Se organizan visitas guiadas para asistir al espectáculo que ofrecen los ciervos macho en celo y excursiones en vehículos todoterreno que recorren algunos de los lugares más emblemáticos del parque y que parten de los cinco centros de visitantes que hay en él.
4-Buscando setas en el Berguedà. Cataluña. Aunque hay muchos lugares de la Península donde crecen y se recogen setas, es en la comarca catalana del Berguedà donde esta actividad alcanza cotas religiosas. En estas fechas sus bosques se llenan de buscadores (boletaires) que en una mañana llenan sus cestos con kilos de setas que luego van a ser cocinadas y servidas en casa o en algunos de los restaurantes de la zona. Jornadas micológicas, concursos, charlas, mercados y encuentros se suceden durante los meses de otoño en esta comarca de densos bosques y pueblos de piedra.
5-Disfruta de los colores del bosque en la Selva de Irati. Navarra. Lo llaman «el bosque de bosques» y efectivamente lo es pues se trata de una de las mayores extensiones de hayas y abetos de España y en otoño luce sus mejores galas. Para recorrelo no hay más que seguir algunos de los dieciséis senderos balizados en verde y blanco, todos ellos con un panel informativo al inicio y un recorrido inferior a diez kilómetros. Para penetrar en la Selva de Irati se puede optar por Ochagavía, en el sur, o por Orbaitzeta, en el norte. Las hayas de la Selva de Irati sorprenden con sus colores otoñales que se combinan con el verde intenso del musgo. Otoño también es tiempo de palomas torcaces que pasan en sus movimientos migratorios por el Pirineo navarro y se puede disfrutar de las setas de temporada y probar el delicioso «hongo beltza» nationalgeographic.com.es