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El auge imparable de las viviendas turísticas multiplica sus plazas, poniendo en jaque al sector hotelero y desencadenando un nuevo paradigma en la oferta de alojamiento en las principales ciudades de la Comunidad Valenciana.
En los últimos meses, la convivencia entre viviendas turísticas y hoteles ha cambiado drásticamente, especialmente en ciudades como València y Alicante. Mientras que el sector hotelero lucha por mantenerse competitivo, un informe reciente de Exceltur ha sacado a la luz un dato que promete alterar el panorama turístico: las plazas de viviendas turísticas (VUTs) casi duplican a las hoteleras en ambas ciudades. Entre junio y agosto de este año, el número de plazas ofertadas en las VUTs creció exponencialmente, dejando a los hoteles tradicionales en una situación algo desventajosa. Pero, ¿es esto una tendencia irreversible o un fenómeno pasajero? Profundicemos en los matices de este explosivo crecimiento.
Un auge imparable en la oferta de VUTs
El informe de Exceltur señala que, durante los meses más cálidos del año, el número de plazas ofertadas por las viviendas turísticas ha alcanzado cifras que no se habían visto antes en la Comunidad Valenciana. Concretamente, tanto València como Alicante han experimentado aumentos que rondan el 80% respecto a periodos anteriores. Mientras los hoteles mantienen una oferta relativamente constante, las VUTs han aprovechado el tirón del turismo post-pandemia para captar a aquellos viajeros que buscan una experiencia más flexible, personalizada, y, por qué no decirlo, asequible.
Este fenómeno ha derivado en un crecimiento descontrolado de este tipo de alojamientos, lo que está empezando a provocar importantes debates en torno a la regulación y la convivencia entre estos dos tipos de oferta turística. ¿Qué buscan los turistas hoy en día? Flexibilidad, independencia y, en muchos casos, el placer de sentirse “como en casa” mientras visitan la ciudad. Y aquí es donde las VUTs ganan terreno, ya que se presentan como una opción más atractiva para un perfil de turista que quiere evitar las restricciones tradicionales de los hoteles.
Hoteles contra VUTs: ¿Una lucha desigual?
Podríamos pensar que esta explosión de las VUTs deja a los hoteles completamente desarmados. Sin embargo, la realidad es más compleja. Aunque las cifras muestran que la capacidad de alojamiento de las viviendas turísticas ha sobrepasado a la hotelera, muchos hoteles continúan ofreciendo experiencias que las VUTs difícilmente pueden replicar: desde un servicio más personalizado hasta instalaciones como piscinas, restaurantes o spas.
Pero el desafío está ahí. Y no es pequeño. A medida que la oferta de viviendas turísticas sigue aumentando, la competencia se intensifica. Los hoteles se ven obligados a redoblar sus esfuerzos en cuanto a calidad y servicios para atraer a una clientela que cada vez es más exigente y tiene más opciones.
Exceltur ha advertido que este desequilibrio podría tener consecuencias negativas a largo plazo, no solo para el sector hotelero, sino también para la estructura urbana de las ciudades. Según el informe, el aumento en las VUTs está impulsando, en algunos casos, la subida de precios en el mercado inmobiliario, ya que muchos propietarios prefieren alquilar sus viviendas a turistas, en lugar de a residentes permanentes.
Impacto en los residentes y el tejido urbano
Es en este punto donde la discusión se vuelve más acalorada. Aunque el boom de las VUTs tiene evidentes beneficios para los propietarios y para el turismo, no todo es positivo para los residentes de València y Alicante. El informe de Exceltur también destaca cómo el auge de este tipo de alojamientos está contribuyendo al fenómeno de la gentrificación.
Barrios que antes eran accesibles para familias locales, ahora están siendo “colonizados” por turistas temporales, lo que incrementa los precios de alquiler y reduce la oferta de viviendas para residentes. Las quejas no tardan en surgir: los vecinos ven cómo sus zonas de residencia habituales se transforman en “barrios fantasma”, donde cada vez menos personas viven de manera permanente, y los servicios locales se adaptan más a las necesidades del turista que a las de la comunidad.
Además, en zonas tradicionalmente tranquilas, el constante flujo de visitantes puede alterar la calidad de vida. El ruido, la falta de civismo y la rotación constante de inquilinos temporales son solo algunos de los problemas que mencionan los residentes en sus quejas a las autoridades locales.
Los retos de la regulación
Ante esta situación, la gran pregunta es: ¿cómo regular un sector que crece a una velocidad tan vertiginosa? Tanto València como Alicante están comenzando a tomar medidas para limitar la expansión de las VUTs, pero aún hay un largo camino por recorrer. Según el informe de Exceltur, la falta de una regulación clara y eficiente ha permitido que muchas viviendas turísticas operen de manera irregular, sin cumplir con los requisitos necesarios ni contribuir de forma justa a los impuestos locales.
Sin embargo, equilibrar la balanza no es tarea fácil. Regular en exceso podría sofocar un sector que genera grandes ingresos para la ciudad, mientras que una falta de regulación adecuada podría llevar a un caos aún mayor en términos de convivencia y saturación turística.
El futuro de la oferta turística en València y Alicante
¿Qué nos depara el futuro? Si bien es innegable que las VUTs seguirán siendo una parte importante del panorama turístico, el verdadero reto será encontrar un equilibrio entre las diferentes formas de alojamiento. El sector hotelero necesita innovar y adaptarse para no quedarse atrás, mientras que las viviendas turísticas deben operar bajo un marco regulador que garantice tanto su viabilidad como el respeto por los residentes y el tejido urbano.
En definitiva, el crecimiento descontrolado de las VUTs es un reflejo de los cambios en el comportamiento de los turistas y en las dinámicas urbanas de València y Alicante. Como en todo, se trata de encontrar el equilibrio. Y ese equilibrio, por el momento, sigue siendo un terreno incierto.