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Cuando una asociación no busca realizar su tarea con ánimo de lucro, es decir, sin esperar ganancias, no significa que, en cuanto a los derechos laborales, no pueda catalogarse como una compañía o empresa. Una asociación podría fácilmente acceder al contrato de personal a los cuales se les dará un salario como bono por formar parte de dicha organización, un ejemplo claro de éstas, son las compañías de voluntariado internacional.
Otra opción incluso más flexible, son las compañías autónomas, sean o no, económicamente dependientes, y estas a su vez, ofrecen su servicio a las organizaciones de carácter de asociación. Esto facilita que las facturas se ajusten a los servicios que ofrecen.
Además, si los estatutos así lo prevén y lo aprueba la asamblea de asociados, se podrá remunerar a los miembros de la junta: a todos ellos o solo algunos. En este sentido, es típico que se pague al presidente, al secretario y a alguno de los vocales de la junta que tengan una carga laboral efectiva.
En cualquier caso, ya sean autónomos, por cuenta ajena, miembros de juntas u organización de voluntariado internacional, existe un derecho de reintegrar los ingresos que se generen por cada una de las actividades y servicios dados, en otras palabras, hay que vivir de algo ¿No?
Voluntariado internacional como asociación sin animo de lucro
En cuanto a las compañías de voluntariado, justamente porque una asociación no persigue lucros, se debe observar a las fundaciones como la mejor asociación que presta servicio de voluntarios. En este tipo de organizaciones hay una colosal fuerza laboral y enorme posibilidad de trabajo; Los prejubilados y jubilados en buen estado de salud, son uno de los más recurrentes empleados en las compañías de voluntariado internacional, ya que están formadas profesionalmente y no están atada a trabajos u horarios, pero al mismo tiempo poseen ingresos constantes que les permiten independizarse para forma parte de este tipo de organizaciones y dar un grano de arena a la sociedad.
Se busca algo más que lo material.
No es una cuestión de “Bueno, ya no trabajo, debo hacer algo por mi vida”, es una asunto de que estas personas ya alcanzaron una plenitud material en cuanto a su trabajo, ya están realmente estable y necesitan llenar algún otra parte de su vida, esa es la espiritual, por ello muchas de estas personas que acuden como voluntarios internacionales, son de clase e ingresos pudientes, porque ya obtuvieron lo material, ahora van en busca de algo que le dé un verdadero sentido y valor a lo que realizan.
Obviamente, si hay personas que lo hacen simplemente por cuestiones de querer viajar o querer conocer al mundo, pero son pocos los casos. Esta necesidad de estar ocupado es llenada por motivos humanos que se consiguen en las compañías de voluntariados internacionales. Es una forma de salir de otra burbuja de cristal en la que estaban sumergidos y comenzar a ver a la ayuda humanitaria, como uno de los mejores ingresos de sus vidas.