12 de diciembre de 2024
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Desaparición en plena tormenta: Miguel Polo, el presidente ausente de la Confederación Hidrográfica del Júcar

40 días después de la DANA que arrasó Valencia, las preguntas se acumulan y el máximo responsable de la CHJ, Miguel Polo, sigue sin dar señales de vida. ¿Qué pasó realmente el 29 de octubre?


El 29 de octubre de 2024, una DANA histórica se desató sobre la Comunidad Valenciana, dejando tras de sí una devastación que afectó a más de 60 localidades. Fue un día en el que todos los ojos estaban puestos en los organismos responsables de gestionar las emergencias, pero hay uno en particular que sigue bajo sospecha: la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).

A más de 40 días de la tragedia, su presidente, Miguel Polo, continúa en silencio. No ha comparecido públicamente, no ha dado explicaciones sobre los fallos en los sistemas de alerta y no ha asumido responsabilidad alguna por las decisiones (o la falta de ellas) que pudieron agravar las consecuencias del desastre.

Preguntas sin respuesta

La gestión de la CHJ el día de la DANA ha sido duramente cuestionada. Según las normativas, en casos de avenidas excepcionales como esta, se debería haber convocado el Comité Permanente para coordinar las actuaciones y garantizar el flujo de información entre las diferentes administraciones. Sin embargo, no hay evidencia de que esto se haya hecho.

Entre los mayores interrogantes destacan:

  • ¿Por qué fallaron los sensores que miden el caudal de los barrancos? Durante horas críticas, no hubo datos disponibles para anticiparse a los desbordamientos.
  • ¿Por qué la alerta del desbordamiento del barranco del Poyo llegó tan tarde? El correo enviado a las 18:43 fue insuficiente para evitar el desastre en zonas como Aldaia y Manises.
  • ¿Se tomaron decisiones clave en tiempo real o hubo una total descoordinación?

El papel de la CHJ, encargado de gestionar las cuencas hidrográficas y prevenir inundaciones, ha quedado en entredicho.

Un cargo político, no técnico

Aunque el Gobierno ha tratado de defender la labor de los técnicos, es importante recordar que Miguel Polo no es un simple gestor técnico. Ingeniero de caminos y militante del PSOE, Polo ha desempeñado roles políticos antes de asumir la presidencia de la CHJ en 2021. Su silencio prolongado tras la DANA ha generado críticas tanto desde la oposición como entre las comunidades afectadas, que ven en su ausencia una falta de compromiso institucional.

El impacto del silencio

Mientras los responsables se mantienen al margen, las localidades afectadas siguen enfrentando las consecuencias. Municipios como Alzira, Ontinyent y Xàtiva intentan reconstruir infraestructuras devastadas, mientras que las familias desplazadas reclaman ayuda que aún no llega.

En Aldaia, el desbordamiento del barranco del Poyo dejó atrapadas a decenas de personas en el aparcamiento del centro comercial Bonaire. Este incidente, que podría haberse evitado con una mejor gestión de los recursos hídricos, es uno de los puntos más polémicos de la actuación de la CHJ.

La Generalitat exige explicaciones

Desde el Gobierno de la Generalitat, encabezado por Carlos Mazón, se han exigido respuestas sobre la actuación de la CHJ. ¿Por qué no se activaron los protocolos adecuados? ¿Qué fallos operativos se dieron durante la emergencia? Hasta ahora, la única respuesta obtenida ha sido un inquietante silencio.

Por otro lado, la Generalitat no ha escapado de las críticas. La directora general de Protección Civil, Virginia Barcones, abandonó el país en plena crisis para asistir a una reunión del G20 en Brasil, una decisión que muchos calificaron de irresponsable.

El legado de la DANA

Este desastre no solo dejó destrucción material, sino también una sensación de desconfianza en las instituciones. La falta de coordinación y las respuestas tardías evidenciaron las grietas en el sistema de gestión de emergencias de la Comunidad Valenciana.

La Confederación Hidrográfica del Júcar, como organismo encargado de prevenir y gestionar estos eventos, está ahora en el centro de la polémica. Si no se realizan cambios estructurales y se asumen responsabilidades, el riesgo de repetir errores en futuras emergencias es alarmante.

Reflexión final

A 40 días de la DANA, el silencio de Miguel Polo es más atronador que cualquier tormenta. ¿Cuánto tiempo más podrán las instituciones eludir su responsabilidad? Y usted, ¿cree que el sistema de emergencias está preparado para protegernos en el futuro o estamos condenados a repetir esta historia?

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