Además de sustraerlos el dinero que llevaban encima, también los tomaban las tarjetas de crédito y hacían cobros fraudulentos con un datáfono
Los beneficios ilícitos que obtenían de los robos se repartían entre las prostitutas que trabajaban en el local, el propietario del local, la empresa de datáfonos contratada y la persona que se encargaba de hacer los cobros de la tarjeta con el datáfono
Agentes de la Policía de la Generalitat-Mossos d’Esquadra de la Unidad de Investigación de la comisaría de Sarrià-Sant Gervasi han detenido a diez personas y han emitido dos órdenes de búsqueda y captura contra dos personas como presuntas autoras de los delitos de estafas, robos con violencia y delitos contra la salud pública en un local donde se ejercía la prostitución en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi.
De las diez personas detenidas, nueve eran mujeres y ejercían la prostitución o tareas de camareras en el local y el único hombre arrestado era el propietario del establecimiento. Las mujeres, que tenían edades comprendidas entre los 24 y los 41 años, eran de nacionalidad ecuatoriana, venezolana y colombiana y el detenido, de 51 años, era de nacionalidad alemana.
La investigación se inició a finales de diciembre del año pasado tras recibir varias denuncias de clientes de este local en las que, las víctimas relataban hechos muy similares en todos los casos.
Los hombres explicaban que después de contratar un servicio de prostitución, cuando ya se encontraban en la habitación o en un lugar reservado, empezaban a encontrarse muy mal ya sentirse aturdidos y muy cansados hasta que llegaban, en algunos casos, perder el conocimiento. Todas las víctimas coincidían en que esa sensación comenzaba después de tomar una copa y que nunca se habían sentido tan mal ni con las facultades mentales y físicas tanto afectadas.
Entonces los detenidos aprovechaban para sustraer el dinero de las víctimas. Pero también usaban la tarjeta de crédito del cliente para cobrar grandes cantidades de dinero usando el datáfono del local, incluso llegaron a sacar dinero de cajeros cercanos al local.
Una vez tenían lo que querían cogían la víctima y la hacían fuera del local dejándola sola en la calle, desorientada y sin dinero.
El grupo de estafas de la comisaría de Sarrià comenzó a analizar los datos ya pedir pruebas analíticas a las víctimas. En uno de los casos, y por la inmediatez en que se hicieron las pruebas, se obtuvieron resultados positivos: la víctima tenía elevadas dosis en sangre de sustancias estupefacientes como benzodiacepinas, anfetaminas, cocaína y cristal (MDMA), entre otros, sustancias que las víctimas negaban haber consumido consciente y voluntariamente.
Por todo ello, el pasado 3 de marzo se realizó una entrada y registro en el local de ocio nocturno. Los agentes comprobaron que de las 43 mujeres que trabajaban en el local 23 llevaban diferentes sustancias estupefacientes encima, posiblemente para usarlas con sus clientes.
De hecho, en aquel dispositivo de inspección se levantaron 24 actas de denuncia por tenencia de sustancias estupefacientes y / o psicotrópicas, por tolerancia al consumo en el establecimiento, y se intervinieron diferentes sustancias, tales como cocaína, cristal (MDMA) , éxtasis líquido y en pastillas, hachís y marihuana. Además, se intervinieron las grabaciones de las cámaras de seguridad del establecimiento.
Las imágenes intervenidas mostraban como las trabajadoras entraban y salían de las habitaciones donde tenían sus clientes aturdidos con dinero y también como los hacían fuera del local mientras todavía estaban bajo los efectos de las drogas. Además, las víctimas identificaron claramente a las mujeres detenidas.
Con estas detenciones los mozos resolvieron once hechos delictivos que se habían producido desde finales de diciembre del año pasado.
En estos momentos se mantiene la búsqueda de las dos mujeres que no se han localizado.
Los detenidos, que no tenían antecedentes policiales previos, pasaron a disposición judicial el 25 de marzo de 2015 y el juez decretó ingreso en prisión para dos de las detenidas, mientras que el resto quedaron en libertad a la espera de juicio.