localizaciones naturales en la película ‘Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones’. Los directores y guionistas John Francis Daley y Jonathan Goldstein optaron por trabajar con la location manager Naomi Liston en los paisajes de Irlanda del Norte para recrear los Reinos Olvidados de D&D.
El castillo de Glenarm, la casa solariega de los condes de Antrim, es otro lugar destacado, y la playa de Ballintoy se usó para la escena en la que Simon hace lo que puede para demostrar su valía a uno de sus antepasados mientras Edgin confiesa el amargo trasfondo de su historia. Por último, la Calzada del Gigante, protegida por la UNESCO, sirve en los Reinos Olvidados como una guarida confortable para dragones con problemas de sobrepeso.
El rodaje de la película Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones tuvo lugar en varios escenarios de Irlanda del Norte. Los directores y guionistas optaron por paisajes naturales en lugar de utilizar pantallas azules, lo que le dio un encanto visual y evocador al filme. Naomi Liston, la location manager de la película, también trabajó en la serie Juego de tronos, que se rodó en buena parte en la Isla Esmeralda.
El parque forestal de Tollymore, con sus 630 kilómetros cuadrados, fue uno de los escenarios en los que se filmó la película. En este histórico parque natural se rodaron muchas escenas clave de Juego de tronos, incluyendo el primer encuentro con los caminantes blancos. El castillo de Carrickfergus, que fue usado como refugio antiaéreo durante la Segunda Guerra Mundial, se utilizó para poner en escena las murallas de la ciudad de Neverwinter y el santuario de los arpistas que sirve de refugio a Xenk.
La cala de agua salada más grande de las Islas Británicas, Strangford Lough, y el castillo de Ward también fueron empleados en la película. El equipo tuvo que esforzarse para rodar en el espigón del castillo de Ward sin dañar la zona protegida. El castillo de Glenarm, la casa solariega de los condes de Antrim fundada en 1260, y la playa de Ballintoy, cercana a un pequeño puerto de pescadores, también fueron utilizados como escenarios de la película.
La Calzada del Gigante, un fascinante paisaje protegido por la UNESCO, también fue escenario de la película. Las 40.000 columnas naturales que forman la Calzada del Gigante son una de las atracciones turísticas más populares de Irlanda del Norte. En los Reinos Olvidados, sin embargo, este paraje resulta una guarida de lo más confortable para dragones con problemas de sobrepeso.