Mi viaje me lleva a un valle atravesado por el río Eresma, cuyas aguas bajan directas de los deshielos de las graníticas cumbres de la sierra de Guadarrama. Allí se encuentran las Destilerías y Crianza del Whisky, DYC pioneras y emblema de la producción de whiskies españoles. Especializándose en la línea de dobles destilados, para los que usan como uno de los ingredientes el agua pura del río Eresma. Y es que el líquido elemento, el agua, supone la clave que diferencia a un whisky de otro. En los años cincuenta, además, era imprescindible tener la materia prima al lado de la fábrica. No eran tiempos para depender de factores externos.
DYC es, por tanto, un whisky segoviano que ha desafiado a los escoceses. Un whisky blended de varios granos envejecidos separadamente durante un mínimo de tres años en barricas de roble americano consiguiendo un cuerpo consistente y un profundo sabor. Tiene una maduración lenta y doble destilación. Además, sorprendente en cata, nada que ver con lo que pensaba que era un whisky de batalla y cuyo concepto cambie en la visita a la destilería. El DYC es un whisky que sigue el estilo clásico escocés y que ofrece al consumidor una excelente relación entre su calidad y su precio.
Un viaje a la destilería
La Destilería ofrece a los visitantes diferentes propuestas para adentrarse en el mundo del whisky y descubrir el lugar donde se destila todo lo bueno que tenemos.
Un plan que marida el whisky DYC con lo mejor de la gastronomía de nuestro país para seguir celebrando que nos sentimos #OrgullososDeLoQueSomos.
DYC, el primer whisky español, con más de 60 años de historia, invita a los consumidores a seguir valorando todo lo bueno que tenemos en nuestro país bajo el paraguas #OrgullossDeLoQueSomos. En esta ocasión lo hace poniendo el foco en la icónica destilería de la marca ubicada en tierras segovianas. “Desde DYC buscamos acercar el mundo del whisky a los consumidores, y hacerles partícipes de la calidad y la materia prima que hay detrás de nuestros productos, por eso, queremos brindarles la oportunidad de conocer la Destilería con una experiencia única que nos gustaría que fuera inolvidable” señala Hugo Mallo, portavoz de DYC.
Un edificio del siglo XV, el Palacio del Molino del Arco en Palazuelos de Eresma, fue el lugar elegido por el aventurero y emprendedor Nicomedes García para hacer realidad su sueño. Aquí fundó lo que ahora se conoce como Destilería DYC y comenzó a elaborar su propio whisky siguiendo lo que había aprendido sobre la elaboración de este destilado en sus viajes a Escocia. En este enclave privilegiado, Nicomedes encontró unas características idóneas que dan forma a la personalidad de DYC: la pureza del agua que llega directamente de las cumbres del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y llega al río Eresma y el fácil acceso a cereales kilómetro cero 100% procedentes de Castilla y León. Y por último y no por ello menos importante, el tercer factor diferencial de DYC es la ubicación en altura de la destilería, a 1036 metros de altitud, siendo una de las más altas del mundo. Es precisamente este envejecimiento en altura, lo le confiere a whisky DYC unos aromas, sabores y matices únicos que lo hacen inconfundible.
La experiencia que propone DYC a sus visitantes se compone de un recorrido sensorial, de aproximadamente 2 horas, que se realiza en grupos reducidos por 8 salas distintas incluyendo la visita a la primera bodega original de la destilería. La visita concluye con una cata organoléptica por las especialidades de DYC (DYC Pure Malt, DYC 8 y DYC 15). Un maridaje con productos gastronómicos de la zona, quesos y chocolates que celebran el saber hacer, la artesanía en los procesos y la riqueza gastronómica de nuestro país y que ensalzan y potencian los matices de las diferentes variedades de whisky DYC.
“Para celebrar el orgullo por lo nuestro y coincidiendo con la presentación de la nueva entrega de la campaña #OrgullososDeLoQueSomos – vídeo en este enlace – desde DYC queremos regalar 50 experiencias dobles para conocer este espacio y disfrutar de un plan creado para la ocasión, que incluye una noche de hotel”, apunta Hugo Mallo. Más información sobre las bases de la promoción en www.dyc.es.
Un plan que acerca al público la historia, y el proceso de elaboración que hay detrás de whisky DYC y se ha convertido en parada obligada para muchos visitantes que deciden hacer una escapada a Segovia y busca ser un referente para los amantes del whisky y para quienes disfrutan conociendo nuevos lugares.
Historia
En la década de los cincuenta muchos españolitos deseaban beberse un whisky como hacían los vaqueros, los gánsteres, los policías, los tipos duros y las mujeres fatales del cine estadounidense. Muy pocos podían permitírselo, sin embargo. Su precio era prohibitivo para la mayoría de la población, sumida en una pobreza de posguerra. Además, el aislamiento internacional de España hacía que la legislación respecto a las importaciones fuese muy restrictiva y limitase la cantidad de divisas que podían destinarse a traer este licor al país. Abundaban las falsificaciones y las botellas de contrabando. Nicomedes García tuvo un sueño: producir esta bebida en Segovia. Más barata y con la misma calidad que en Escocia.
Fue entonces cuando el empresario Nicomedes García Gómez y los hermanos Puigmal Vidal (Cosme, Francisco y Juan) y Jaime Figueroa y O’Neill crearían la empresa en 1958. La sociedad llevó a cabo la construcción de una destilería en Palazuelos de Eresma en Segovia (España) que empezó a operar en febrero de 1959. En marzo de 1963 se empezó a comercializar el Whisky DYC. La producción pasó de un millón de litros anual a veinte millones en los años 80.
Serían muchos los obstáculos a los que tendría que enfrentarse en su empecinamiento este segoviano emprendedor por naturaleza. El primero de ellos, la prohibición imperante en la época de destilar alcohol de los cereales. La ley solo permitía la utilización de la uva o de los azúcares tradicionales, la caña y la remolacha.
Tenía, sin embargo, a su favor varios factores. En primer lugar, su experiencia como destilador. Su anís se vendía en todo el territorio nacional. Además, ser el presidente del Grupo Nacional de Fabricantes de Aguardientes Compuestos y Licores del Sindicato de la Vid le permitió asociarse con los hermanos Francisco y Cosme Puigmal, herederos de un negocio de vinos y licores iniciado en 1850. Con ellos viajó a Escocia en junio de 1957 para estudiar los procesos de elaboración del whisky. En septiembre volvió a la isla Francisco Puigmal, ingeniero industrial de profesión, para trabajar durante varios meses en una destilería. Quería estudiar hasta el más mínimo detalle de toda la tecnología e instalaciones. Ese mismo año García había obtenido la autorización administrativa para fabricar whisky partiendo exclusivamente de la fermentación de cereales. Además, la nueva reglamentación obligaba a elaborar la malta en España, prohibiendo la importación desde otros países.
Llegaba el momento de constituir Destilerías y Crianzas del Whisky. A la empresa fundada en 1958 se sumaron otros socios. Uno de ellos, el marqués de Arcos, aportó a la sociedad un edificio, el Molino del Arco, en Palazuelos de Eresma (Segovia), en el que se estableció la producción del licor. Se trataba, en realidad, de un palacio del siglo XV que incluía un molino de agua. Lugar idóneo para la elaboración del whisky.
Tras el fallecimiento de Nicomedes García en 1989, Allied Domecq adquiere el 100% de DYC en 1992.
En abril de 2005, el grupo francés Pernod Ricard y el americano Fortune Brands (propietario de Beam Global) presentaron una OPA amistosa sobre Allied Domecq y tras repartirse los activos, la destilería DYC se queda en manos de Beam Global. En 2009, Beam Global realiza medidas de reestructuración como el cierre y consolidación de plantas en España, así como la eliminación de turnos de producción y la reducción de empleos de carácter administrativo.
Posteriormente, en enero de 2014, la japonesa Suntory compra Jim Beam propietaria de DYC.
Popularmente en España, debido a su precio menor que el de los whiskies escoceses e irlandeses importados, el whisky DYC ha atraído un público de modestas posibilidades económicas. Una campaña publicitaria de la empresa promovía este producto durante los años 90 como el “whisky para la gente sin complejos”.
Los primeros 900.000 litros de malta, destilados en 1959, salieron al mercado en 1963, tras madurar en las bodegas y llevarse a cabo las mezclas necesarias para convertirlo en whisky. Fueron tales las expectativas que levantó, que toda esta primera producción salió prácticamente vendida de la fábrica.
Un destino exótico tuvieron las primeras 25 cajas. Fueron entregadas a Vicent Carat Tardá, un almacenista de Casablanca (Marruecos). Nacía así un whisky español y al alcance de la mayoría de los maltrechos bolsillos de la época. Media copa a 10 pesetas; una entera, a 15. Así se anunciaba en los bares. Un whisky de importación podía llegar a costar 50 pesetas o más.
La leyenda
El origen de la idea entronca con una leyenda urbana, difundida por el propio García, quien contaba que en 1925 se le había enturbiado una de las partidas de cerveza Mahou que tenía en su almacén de distribución. Decidió no tirar el contenido de esos 100 barriles de cerveza turbia, rechazados por un cliente. En un viaje que había hecho por Escocia años antes, había visto que el whisky se fabricaba con cebada malteada, al igual que la cerveza. Con la única diferencia de que utilizaban para tostarla carbón de turba.
Probó suerte y destiló en uno de los alambiques de Anís Castellana –la empresa heredada de su padre seis años antes– el líquido sobrante. Obtuvo así unos 400 litros de destilado de cerveza que conservó durante cuatro o cinco años en dos barriles de roble. El resultado no debió estar mal. “A los tres años salió un licor bastante bueno que se parecía al whisky. Así que me pasé toda la guerra bebiéndolo. Y como cada día estaba mejor, volvió a mí el interés por fabricarlo. En 1955 hice otro viaje a Escocia para visitar las destilerías, esta vez más despacio”, recuerdan, en el libro del 50 aniversario de la marca, que contaba el fundador.
DYC se podría haber llamado ISIS, 58, CAP Y CUA O SKY
DYC no fue el primer nombre barajado por Nicomedes García y sus socios. De hecho, inicialmente ni siquiera le dieron mucha importancia a este asunto. Tenían cinco años por delante para pensar en ello, el tiempo que tardarían en salir las primeras botellas de las bodegas.
En los archivos de la empresa se conserva un cuestionario con las distintas opciones con las que jugaron. Hay desde propuestas de carácter mitológico, como Isis, nombre griego de una diosa egipcia, a geográfico, como Navacerrada. También aparecen términos religiosos, como San Leandro; imaginativos –Gringo–; de fantasía –Cap y Cua–, o simples números, como 58, en alusión al año de su nacimiento.
No podían faltar las referencias en inglés o en algo parecido: Sky (cielo) y Esky fueron dos de las alternativas. La primera escondía, tras un anagrama, la denominación Spain Whisky. La segunda debía interpretarse como Whisky Español.
Finalmente eligieron DYC, las siglas de Destilerías y Crianzas del Whisky, para el bautizo de la marca. Un nombre corto y sonoro para pedir en la barra del bar, en las fiestas del pueblo o en la discoteca. Y a pesar de ello, durante largos años los españoles se dirigieron al camarero pidiendo simplemente un segoviano, un gentilicio orgulloso de su lugar de origen.
Cronología DYC
1919. Al cumplir la mayoría de edad, Nicomedes García Gómez se hace cargo de la modesta destilería, Anís Castellana, que había fundado su padre 25 años antes.
Años cincuenta. Nicomedes y sus socios, los hermanos Puigmal, realizan varios viajes a Escocia para visitar destilerías de whisky.
1958. En Palazuelos de Eresma (Segovia) se funda la sociedad Destilerías y Crianzas del Whisky, SA.
1959. Se destilan los primeros 900.000 litros de malta.
1963. Se ponen en marcha las operaciones de embotellado y comercialización.
1974. Sale al mercado DYC 8.
1990. La firma Pedro Domecq, SA, adquiere DYC Whisky, SA
1994. El grupo Domecq pasa a depender de Allied Lyons. Se trasladan y amplían las instalaciones de Palazuelos de Eresma.
2006. La compañía internacional Beam compra diversas marcas de Allied Domecq, entre ellas DYC.
2009. DYC cumple 50 años.
2014. El grupo japonés Suntory compra Beam, que se convierte en la tercera compañía de bebidas espirituosas del mundo.
Productos
En la destilería se produce exclusivamente Whisky de doble destilación en alambiques de columna. Utiliza el agua del río Eresma que baja directa desde las cumbres de la Sierra de Guadarrama hasta la destilería.
Los whiskys que producen son ligeros debido a la doble destilación, buscando crear un producto más adecuado para combinar con bebidas como la Coca Cola o la Fanta de limón/naranja, y hacerlo más fácil de consumir en climas cálidos.
Al no compartir la denominación “Scotch Whisky” la terminología “Blended” se refiere solamente al uso de destilados de diferentes cereales, pero no de diferentes destilerías.
Los whiskys que produce son:
DYC, whisky mezclado de malta de cebada y de maíz añejado en barricas de roble americano.
DYC 5 (descatalogado), mezclado y añejado cinco años en barricas de roble americano.
DYC 8, mezclado de malta de cebada y de maíz, añejado mínimo ocho años en barricas de roble americano
DYC 12, mezclado de malta de cebada y de maíz, añejado mínimo 12 años[9] en barricas de Bourbon, y afinado finalmente por un tiempo en barricas de Jerez.
DYC Pure Malt, whisky de malta de cebada, añejado en barriles donde previamente añejó Bourbon .
DYC Single Malt, whisky de malta de cebada seleccionada exclusivamente de la región, añejado 10 años en barricas donde previamente añejó Bourbon
Nota de cata de DYC blended
El DYC es el whisky más joven de la casa y por lo tanto el más suave y versátil para combinar en cócteles. El envejecimiento de este joven destilado dura tres años al interior de barricas de roble americano.
La vista. La nueva botella de DYC organiza las expresiones de la gama según sus colores. En el caso de DYC blended, la etiqueta es roja e incluye la firma de Nicomedes García. En copa, el whisky es pajizo.
La nariz, En la nariz, es muy ligero. Encontraremos fuertes notas de vainilla y roble tostado, una clara influencia de las barricas de roble americano. También posee notas afrutadas, principalmente manzana.
El paladar Se trata de un whisky suave y ligero. En el paladar mantiene la fuerte presencia de vainilla y roble tostado. Le siguen notas afrutadas, con toques de manzanas al horno. Finalmente, un golpe picante.
El final El final es corto y con un punto ligeramente picante.
DYC blended es, sin duda, un whisky joven, y eso se muestra en su carácter. Es un whisky sencillo, perfecto para una cálida tarde de verano o para combinar con un refresco.