El grafiti furtivo prolifera en Valencia: de las sombras con ojos verdes al perro Bowy
El grafiti furtivo se ha vuelto omnipresente en Valencia, ocupando una variedad de superficies públicas, desde muros previamente intervenidos y cajas eléctricas de semáforos, hasta mobiliario urbano dañado. Aunque generalmente se realiza sobre elementos urbanos de poco valor, a veces se extiende a mobiliario que, aunque abandonado, posee algún tipo de protección o valor artístico, generando un conflicto entre el arte urbano y la legalidad.
Valencia es testigo de esta expresión artística, en la que numerosos artistas anónimos dejan su marca. Entre sus obras más destacadas se encuentran las sombras negras con ojos verdes, la silueta del fotógrafo conocido como ‘The photographer’, el perro Bowy y las letras LUCE, visibles en diversos lugares de la ciudad.
Particularmente prolíficos son los autores de las sombras con ojos verdes. Según un informe de la Policía Local de Valencia, hay registros de estas pinturas en numerosas calles y plazas, así como en el antiguo monasterio de San José y Santa Teresa, un bien de interés local. La policía ha identificado a dos grafiteros, de 30 y 31 años, sorprendidos al pintar una de estas sombras en un muro, gracias a la colaboración ciudadana. Estos jóvenes, de nacionalidad española y suiza, enfrentan cargos por daños continuados a bienes públicos, con la Policía Nacional a cargo de las investigaciones.
Ante esto, los autores se han expresado en redes sociales, afirmando que “La Sombra no es delincuencia, es reivindicación”. Defienden su movimiento como una forma de arte que busca concienciar de manera amigable sobre la salud mental, aunque piden disculpas a quienes puedan haberse sentido afectados.
El grafiti furtivo, realizado sin permiso y con discreción, tiene ejemplos numerosos en Valencia. El perro Bowy, presente en muchos barrios, goza de popularidad e incluso tiene un perfil en Instagram. ‘The photographer’, por su parte, no es un joven como muchos esperan, sino un hombre cercano a los 70 años que actúa en horas nocturnas. Su imagen icónica, resultado de una foto en un espejo con sombrero y cámara gran angular, figura en varias partes de la ciudad, incluyendo un mural en el instituto Sorolla realizado con asistencia de varias personas.