José A. Garzón
Escritor e investigador
Leonardo Torres Quevedo (1852-1936), el gran inventor español, tiene también un lugar de privilegio en el mundo del ajedrez por haber creado en los primeros años del siglo XX dos máquinas o autómatas que jugaban al ajedrez, la primera hacia 1912 y la segunda en 1920. Nacía la inteligencia artificial aplicada al ajedrez, el ascendiente más remoto de Deep Blue, la supercomputadora de IBM que derrotaría en 1997 al campeón mundial Gary Kasparov.
Era la primera vez que, en puridad, una máquina se asomaba al juego ciencia. Atrás quedaba el fraude de Von Kempelen (1734-1804), cuyo autómata, El Turco, recorrió diversas cortes europeas, pero en realidad el jugador era una persona oculta en el interior. El sueño de una máquina que imitase al ser humano en el tablero bicolor se postergaba hasta los inicios de la pasada centuria.
El Ajedrecista de Torres Quevedo, ejecutaba el final básico de torre y rey contra rey, y en su momento asombró a la comunidad científica. Recomendamos un artículo de Alberto Bañón, “Primer centenario de las máquinas de Ajedrez”, publicado en la revista Peón de Rey, nº 113, donde el autor ofrece además la posibilidad de enfrentarse a la máquina de Torres Quevedo.
Nace una programa para practicar el Ajedrez del Virrey
Los devotos del Ajedrez del Virrey estamos de enhorabuena, ha nacido nuestro propio autómata. Gracias también a Alberto Bañón, autor de ChessApps, podemos practicar ya nuestro final básico, que todo jugador del AdV debe conocer y dominar: Rey+Virrrey contra Rey. Aquí quiero agradecer al GM Miguel Illescas, editor y director de PDR, todo el apoyo, difusión y aportaciones que está realizando al AdV.
Remitimos al interesante y renovado blog de PDR donde se informa de la nueva aplicación y se facilita un enlace para su descarga gratuita: http://www.peonderey.com/2015/07/08/el-ajedrez-del-virrey/.
Sin duda este es el primer paso para completar un estudio de finales básicos del ajedrez del virrey, en la que ya trabajo con dos ajedrecistas excepcionales de mi club, el Gambito. Me refiero a Miguel Uris y Luis Zaragozá.
En el libro, página 43, ponemos un ejemplo de este final con las fuerzas separadas al máximo, e intuíamos que con esta disposición el mate es en 16 jugadas, hecho que confirman las tablas de finales elaboradas por Alberto Bañón. Sin embargo, con el rey y virrey juntos en un rincón hay mates en 17 jugadas y, por último, existen 32 posiciones (8 de ellas originales) donde se da mate en 18, que es por tanto el máximum.
Estamos de enhorabuena, pues sin duda el programa permitirá a los aficionados probar la fuerza y posibilidades de la nueva pieza, adentrándose en el reino del Ajedrez del Virrey, y en el nuevo mundo de posibilidades creativas que se nos ofrece.
La convocatoria del Primer Concurso de Composición del Ajedrez del Virrey, donde veremos actuar a la nueva pieza desde el primer instante, entendemos que contribuirá al renacer de la rama hermana de la partida, el problema, entendido en un sentido lato (directos, inversos, de fantasía, ayuda, retrógrados, finales artísticos, etc.), con originales temas y maravillosas concepciones por aflorar.
Nuestro deseo es que algún promotor de torneos de ajedrez, preferentemente español, capte la esencia del Ajedrez del Virrey y el fundamento histórico de la propuesta, y pronto podamos ver un certamen de maestros con este ajedrez del siglo XXI. Un reto que requiere valentía, y amplitud de miras, cualidades inmanentes en cualquier proceso de renovación del pensamiento humano.