La III sesión de la mañana del I Congreso Internacional sobre la Sábana Santa de Turín, ha tratado sobre el tema de “La Medicina y la Síndone” a cargo del Presidente del Cabildo de la catedral de Oviedo, Benito Gallego Casado.
Él ha afirmado que, en cuanto al estudio tanto del sudario de Oviedo como de la Síndone de Turín, “no hay nada fácil ni nada evidente”, y de forma humorística añadió “La primera vez que vi el sudario pensé que era una patraña. Si llego a pensar lo contrario me hubiera quedado dentro de la urna”.
Y él no es el único, puesto que muchos de los estudiosos científicos, al igual que la mayoría de los mortales llegaron a pensar que se estaban venerando una reliquia sin valor arqueológico alguno.
A continuación, se ha realizado la “Descripción del Sudario de Oviedo”, por el Ingeniero Técnico Químico D. Felipe Montero Ortego. Miembro de la Sociedad Española de Microbiología y que ha dirigido el Instituto de Sindonología, es el máximo referente en el estudio del Sudario pues ha tratado con el original en diversas ocasiones.
En cuanto al Sudario, era costumbre judía envolver la cabeza con un paño una vez fallecido alguien, al menos hasta el momento de darle sepultura. D. Montero tras 23 años de investigación, ha realizado la siguiente descripción de la reliquia de Oviedo:
En cuanto a la morfología y estructura de la tela:
- La tela fue fabricada por el Imperio Romano y en telares verticales.
- El lienzo se presenta contaminado por inherencia a la morfología del lienzo, como cera de abejas, hongos y otras bacterias.
- Se ha concluido que, originalmente, el sudario ocupaba una superficie mayor, de 120 centímetros en lugar de los 83 centímetros que presenta en la actualidad, debido a las arrugas que presenta.
- Presenta restos de áloe y estoraque tal como se sigue en la tradición hebrea.
En cuanto a la hipótesis de que la misma envolvió un cadáver:
- El sudario contiene sangre humana del grupo AB.
- El cuerpo debió estar de pié con un brazo alzado durante una hora aproximadamente.
- El lienzo presentaba 183 agujeros punzantes próximos a la cabeza, provocados por el cosido del lienzo al cabello del cadáver.
- El cadáver presentó un edema pulmonar, por la salida de la sangre de la boca, mezclado con saliva y mucosidad. El mismo estaría con la boca semicerrada y aparecería con la nariz aplastada
- Finalmente afirma que la espalda y pómulos del fallecido ya estaban en sangre.
Por lo tanto, el D. Benito Gallego Casado ha podido dejar por concluido que el cadáver que fue envuelto en el Sudario de Oviedo, fue maltratado antes de morir.
VLCCIUDAD/ Marta Ebri