El Péndulo | Redacción.- El director-gerente del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana, y director del Centro del Carmen, Felipe Garín, acompañado del artista, y catedrático de BB.AA. de UPV, Horacio Silva (Valencia, 1950), han presentado hoy, la exposición ‘Shangri-La’.
La exposición surge por los distintos viajes por el Lejano Oriente. Silva trabajó las afueras de Pekín junto a otros artistas locales en un núcleo cultural y artístico llamado 798 donde antaño se producían tanques. El gobierno chino lo convirtió en espacio para artistas y galeristas que ocupa el tamaño de diez campos de fútbol. Esta experiencia gratificadora le motivó a realizar una serie de trabajos influidos con el mundo oriental.
El director del Consorcio de Museos y del Centre del Carme, Felipe Garín, ha destacado que “tradicionalmente los artistas se nutren de sus viajes y de ahí surgen nuevas fórmulas plásticas que reflejan en un momento de su trayectoria. Horacio Silva ha tomado este testigo adaptado su obra a la Sala Ferreres para la que ha hecho gran producción ex profeso en esta exposición”.
Para Horacio Silva: “He pretendido transmitir en los lienzos el ambiente de ese ámbito en el que viví y trabajé lleno de fuerza y colorido. Y quiero que los valencianos disfruten de esta experiencia”
Texto del artista:
James Hilton, en su novela Horizontes perdidos (1933), recrea un paraíso imaginario al que llama Shangri-La. Lo sitúa en Asia, ocupando un espacio indeterminado en el Himalaya, bordeando los límites fronterizos de Nepal y China. Shangri-La ofrece a sus habitantes y a los viajeros que lo descubren la felicidad soñada, la que sólo es posible en la introspección y gracias al aislamiento del mundo externo. Un mundo utópico y mítico por deseado como espacio vital, incluso un tiempo para ese espacio, un tiempo tan extraño que aspira a la intemporalidad.
El viaje ha sido desde siempre un elemento de inspiración para el artista, especialmente a partir de principios del siglo XIX cuando comienza a ser contratado por expediciones comerciales y científicas a fin de registrar con sus dibujos y pinturas las culturas indígenas. Es, a partir de entonces, cuando el artista deja en cierta manera de ser el estereotipo conocido y comienza a ser un hombre multifacético, cronista y dibujante, reportero y pintor, ampliando su carácter humanista. Con toda la importancia del viaje como referencia, el viaje hacia lo único, hacia lo personal a través del destino no definido, el destino de la utopía, de lo que sólo uno puede explorar, el viaje más deseado es en realidad el viaje a nuestro interior.
Arcadia existió y es añorada, Shangri-La fue tan añorada por no existir que hubo que inventarla.