El Einstein que no sale en los libros: la hija desaparecida, el divorcio insólito y los mitos que siguen vivos

Un repaso a la biografía más íntima del científico: del falso “mal estudiante” a un acuerdo que marcó su ruptura con Mileva Maric

Entradilla: Albert Einstein es una figura universal, pero su imagen pública no siempre encaja con lo que revelan los datos biográficos. En un análisis emitido en televisión (Cuarto Milenio), el vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad Carlos III de Madrid, Luis Enrique García Muñoz, abordó algunos de los episodios menos conocidos del físico: el mito de su rendimiento escolar, la historia de una hija de la que apenas hay rastro y un divorcio con condiciones tan llamativas como difíciles de entender hoy.

El mito del mal estudiante: una leyenda que no se sostiene

Durante décadas se ha repetido que Einstein fue un alumno mediocre. Sin embargo, el retrato real es muy distinto. Los datos citados en el programa apuntan a que destacaba especialmente en matemáticas y física, situándose entre los mejores de su clase.

La confusión nace de otro factor: su choque con la enseñanza rígida. Einstein se aburría con facilidad, cuestionaba la autoridad y no encajaba en un modelo educativo basado en disciplina y jerarquía. De ahí a convertirlo en “mal estudiante” hubo un salto cómodo para el relato popular.

Infancia y carácter: un genio que no aceptaba el molde

Otra idea extendida es la de un Einstein “tardío” o pasivo en su infancia. Se recuerda, por ejemplo, que no empezó a hablar hasta pasados los dos años. Aun así, lejos de anticipar limitaciones, ese dato convive con un perfil intelectual que más tarde se volvió extraordinario.

También se destacó su capacidad para evitar el servicio militar obligatorio cuando era joven, en un movimiento que refleja determinación, estrategia personal y una clara voluntad de no someterse a lo que consideraba imposiciones ajenas.

Mileva Maric: talento, sombra y una relación desigual

En su vida privada, Einstein se casó con Mileva Maric, una mujer con formación científica y un perfil intelectual notable. Según se relató, el entorno familiar del físico no veía con buenos ojos aquella relación, pero él se mostró profundamente unido a ella durante los primeros años.

Con el tiempo, la convivencia derivó en una relación compleja, marcada por tensiones y un desequilibrio entre la proyección pública de Einstein y el papel relegado de Mileva, que quedó a menudo en segundo plano en el relato histórico.

La hija de la que casi no hay información

Uno de los capítulos más inquietantes gira en torno a la primera hija de la pareja. La información disponible es escasa, fragmentaria y envuelta en dudas. Se citan cartas que abren dos hipótesis: que la niña pudiera haber sido dada en adopción o que muriera siendo muy pequeña tras enfermar.

Sea cual sea la verdad, el resultado es el mismo: una ausencia casi total de datos, un silencio documental que contrasta con la magnitud pública que alcanzó Einstein en el siglo XX.

Un contrato de convivencia previo al divorcio

Antes de la separación formal, se mencionó la existencia de un documento con condiciones de convivencia especialmente duras. Entre los puntos descritos, figuraban exigencias como no esperar afecto ni intimidad, reducir el contacto verbal si él lo pedía, mantener ciertas rutinas domésticas y abandonar una estancia si así lo solicitaba.

Ese tipo de condiciones, leídas hoy, resultan difíciles de justificar y muestran una faceta del científico alejada de la imagen simpática que ha quedado fijada en la cultura popular.

La cláusula del Nobel: dinero para Mileva

El divorcio incluyó un acuerdo llamativo: si Einstein ganaba el Premio Nobel, el dinero del galardón sería para Mileva. Según se relató, años después el físico recibió la dotación económica del premio y ella acabó percibiendo esos fondos para su sustento y el de sus hijos.

Este punto suele citarse como uno de los aspectos más singulares del divorcio, tanto por su rareza como por lo que sugiere sobre la relación, la culpa, la negociación y las consecuencias materiales de la ruptura.

Segundas nupcias y una vida sentimental turbulenta

Tras el divorcio, se contó que Einstein se casó con una segunda mujer, que era además familiar suya, y que la relación se movió en parámetros que hoy identificaríamos como “abiertos”. Dentro de ese contexto, se mencionó incluso la posibilidad de una relación con una mujer vinculada al espionaje ruso, un detalle que, aun siendo difícil de encajar en el imaginario popular, forma parte del retrato biográfico que se abordó en el programa.

Entre el mito y la persona

El repaso deja una conclusión clara: Einstein fue un genio científico, pero no un personaje de bronce. Su biografía contiene contradicciones, decisiones polémicas y zonas oscuras que conviven con aportaciones intelectuales decisivas.

Conocer esa complejidad no reduce su impacto en la historia de la ciencia, pero sí matiza el icono: detrás de la lengua de la foto hay un ser humano, con luces y sombras.