Estuvimos allí, puntuales a las 20 horas, tal y como nos había adelantado a mediodía el artista que este año planta en Na Jordana, Manolo García. La gente se apelotonaba a centenares desde el puente de San José hasta la propia ubicación de la falla y no cabía, literalmente, ni un alfiler.
Las grúas y los técnicos, bajo la atenta, nerviosa y minuciosa mirada de Manolo García, ejecutaron de forma magistral una maniobra de lo más arriesgada para ensamblar la parte superior de la cabeza de Leonardo da Vinci, con el ‘Hombre de Vitrubio’, los planetas y demás inventos del genio del Renacimiento ya colocados, sobre la barba en punta que reposaba ya sobre la base de la falla. En menos de veinte minutos, todo estaba ya en su sitio.
Los más de 10.000 kilos de madera de pino y chopo ya descansan en un equilibrio casi imposible para admiración de propios y extraños. Lo más difícil -según las palabras del propio García- ya está hecho. Ahora, a confiar en que los elementos no jueguen una mala pasada a una auténtica obra de arte… efímero pero arte, al fin y al cabo.
Aquí tenéis la secuencia completa del ensamblaje, captado por nuestra cámara.
GALERÍA DE FOTOS
[nggallery id=14]
VLC Ciudad / Javier Furió