El Péndulo | Redacción.- La conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, a través del IVC+R del Institut Valencià de Cultura, ha realizado la restauración del Retablo de Santa Clara y Santa Eulalia de la Catedral de Segorbe.
El retablo consta de tres calles, en las que están representadas, en la tabla central, las dos santas titulares, de pie y con sus atributos identificativos, y remata el conjunto un Calvario. Las calles laterales narran algunos de los pasajes más distinguidos de la vida de las santas: a la izquierda escenas del martirio de Santa Eulalia de Barcelona, y a la derecha escenas de la vida de Santa Clara. La polsera perdida en la actualidad, debería llevar el escudo del donante alternando con el anagrama del nombre de Cristo. La predela muestra en medio a Cristo, y a los lados santas y santos de cuerpo entero y de pie, pudiéndose identificar a: San Pedro, Santa Isabel de Hungría, San Esteban, San Lorenzo, Santa Úrsula, San Pablo y otros dos santos más, caracterizados como obispos de difícil identificación.
El Retablo de Santa Clara y Santa Eulalia de Barcelona podemos calificarlo como una “rareza” del Museo Catedralicio de Segorbe. Esto se debe a que fue un encargo del obispo franciscano Francesc Riquer i Bastero (1400-1409), que había sido anteriormente canónigo en la catedral de Barcelona y en la de Vic de donde pasó a Segorbe, trasladando consigo el conocimiento de los talleres de pintores activos en Barcelona en ese momento. El retablo se colocó en la capilla fundada por él, el 6 de diciembre de 1402, en el claustro de la seo segorbina, dedicada a Santa Clara i Santa Eulalia, que formaba pareja con la capilla de San Antonio de Padua y San Antonio Abad, por lo que el retablo podemos datarlo entre 1403 y 1408, y formaría parte del beneficio y dotación que otorgó el prelado Riquer junto a otros objetos de culto.
La pieza presentaba un estado de conservación regular en su conjunto a excepción de la predela, la cual había sufrido distintas intervenciones inadecuadas y poseía una superficie con incisiones, craqueladuras e incluso calcinada en algunas zonas.
En las tablas laterales y en la central la intervención ha consistido en estucar las grietas, reintegrar cromáticamente y dar una capa de protección. La predela ha necesitado una intervención más compleja.
Después de documentar la pieza bajo los focos de luz ultravioleta, se decidió eliminar las distintas capas de barniz, para posteriormente fijar algunas zonas con una cola orgánica. Tras la fase de limpieza, se inició la fase de estucado de lagunas que permitió nivelar las grietas. La reintegración cromática de estas se realizó con colores al agua y se ajustó con colores al barniz. Se concluyó la intervención con una película de barniz sintético.