Un hombre de 50 años es detenido tras una serie de robos en viviendas y trasteros en la comarca valenciana. El peculiar “calcetínman” acumulaba un botín de 13.000 euros entre joyas y dinero, pero su brillante plan se vino abajo en Massamagrell.
De la brillante idea de los calcetines al Juzgado de Massamagrell
En el universo paralelo donde algunos delincuentes piensan que son genios, un hombre de 50 años, nacido en España y autoproclamado experto en el método del “resbalón”, ha puesto a prueba su ingenio (y paciencia de los vecinos) en las localidades de Rafelbunyol, Massamagrell, Pobla de Farnals y Museros. No contento con entrar en viviendas y trasteros ajenos, este moderno Robin Hood sin causa dejó un rastro de puertas apalancadas y daños que lo llevaron directo a los brazos de la justicia.
Su gran estrategia: calcetines en las manos. Sí, porque aparentemente en su manual de criminología casera decía que eso bastaba para burlar a CSI Massamagrell.
El modus operandi: entre resbalones y apalancamientos
El tipo tenía su “sistema”. Según fuentes de la Guardia Civil, accedía a viviendas y garajes usando técnicas de manual:
- Método del resbalón: Una suerte de abrir puertas como si fuera un escape room.
- Apalancamiento: Porque a veces un buen palancazo es más rápido.
El resultado: 13.000 euros entre dinero y joyas robadas. Eso sin contar los enseres personales, porque aquí el amigo se llevaba desde cadenas de oro hasta, probablemente, la tostadora si le cabía en la mochila.
La guinda del pastel: pillado con las manos (calcetines) en la masa
En un giro digno de película de sobremesa, el protagonista de esta historia fue sorprendido in fraganti por la Policía Local de Massamagrell. Salía tan tranquilo de una vivienda, con sus calcetines puestos cual guantes de cirujano del hurto. Entre sus pertenencias se encontraron algunas de las joyas recién robadas, lo que complicó bastante su ya de por sí triste defensa.
La Policía y la Guardia Civil no tardaron en actuar en equipo, atando cabos y devolviendo parte del botín a los legítimos propietarios.
¿Qué pasará ahora con el ladrón de calcetines?
El caso está ya en manos del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Massamagrell. Aunque los vecinos de la comarca respiran aliviados, la pregunta sigue en el aire: ¿qué hacía un hombre de 50 años con calcetines en las manos a plena luz del día?
¿Tal vez intentaba iniciar una moda? ¿O pensaba que la solución a todo era más lana y menos huellas?
¿Qué opinas tú?
¿Es este el comienzo de una nueva tendencia en el mundo del crimen, o simplemente un caso más de “piensa rápido, actúa lento”? ¿Tienes tú algún método revolucionario para evitar dejar huellas o te quedas con los guantes de toda la vida? ¡Déjanos tus ideas, pero ojo, que sean legales! 😉