Los atentados sucedidos el último viernes en París y las amenazas que obligaron a suspender dos partidos internacionales durante esta semana, han provocado que las medidas de seguridad en las principales ligas del mundo deban ser reforzadas.
Sin dudas, el encuentro más importante de este fin de semana será el clásico español del sábado que enfrentará al Real Madrid y al Barcelona en la capital del país ibérico.
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal catalogaron al cotejo como de ‘alto riesgo’, por lo que contará con una presencia policial de 1.000 efectivos de la Policía Nacional, lo que dobla el número habitual y1.400 miembros de seguridad privada, a los que hay que añadir a la Protección Civil, Bomberos, Policía Municipal y un importante despliegue de agentes que el público no detectará.
Por su parte, el Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz contó en conferencia de prensa que: “No se dan las circunstancias objetivas para aplazar el Clásico. Aunque nos planteamos un dispositivo intensísimo de seguridad por razones obvias”.
“HABRÁ QUE EXAMINAR HASTA LOS BOCADILLOS”
El operativo se realizó durante toda la semana, a través de un censo en las zonas aledañas paraconocer la identidad de la personas que viven en las casas y edificios que rodean al Santiago Bernabéu.
Además, el jueves los perros policía expertos en detectar explosivos, revisaron el estadio y la policía comenzó a controlar el movimiento de los coches que se encuentren en las cercanías.
Como medida excepcional, el edificio abrirá sus puertas dos horas antes del comienzo del partido y además de los controles de los oficiales, se colocarán detectores de metal en todos los accesos, incluido en los palcos de las autoridades.
No sólo las zonas aledañas y el estadio serán revisados, sino que además las alcantarillas formarán parte de los lugares que serán inspeccionados.
El día del partido, se dispondrán tres anillos de seguridad para revisar a cada uno de los asistentes, como explicó la delegada del Gobierno de la Comunidad del Madrid, Concepción Dancausa: “Habrá que examinar hasta los bocadillos”.
Además, estará prohibido el ingreso al estadio con bolsas o mochilas, ‘objetos voluminosos’ (como carritos de bebés) y para los fanáticos catalanes, no podrán llevar ‘esteladas’, para evitar conflictos entre los mismos fanáticos.
Por otra parte, los empleados del conjunto blanco deberán llegar cuatro horas antes del arranque del partido y serán revisados uno por uno, al igual que el estadio que volverá a ser recorrido por los escuadrones antibomba de la Policía Nacional, horas antes de que se abran las puertas.
Todo este ‘megaoperativo’ será único en la historia del clásico que tiene más de 100 años de antigüedad y que la policía intentará que no quede manchado por un ataque terrorista del Estado Islámico.